REMOLINO DE PASIÓN
(Lima, 1986)
Hace años que vivo atrapado en el
remolino de este tormentoso viaje sin lograr dar un rumbo cierto a mi
desdichada búsqueda del paraíso perdido. El plazo se ha cumplido. Ya la nave
zozobra y las chalupas no han sido
carenadas: ¡no hay salvación!
Los pocos momentos de remanso que
he conocido en esta travesía habrán de quedar grabados en el cuaderno de
bitácora, en sus páginas izquierdas (que no siniestras). Oh proceloso mar, tus ambigüedades,
tus veleidades, tu inestabilidad convierten en cada vez más lejana la isla del
arribo: el edén del amor perdido por el hombre.
Atisbo en el fondo de los parajes
marinos muchas otras naves hundidas, destrozadas, sus viejos velámenes deshilachados.
Quiero aprovechar esta última ventisca de desolación para salvar mi viejo buque
despertrechado y con la ruta extraviada. Soy apenas un curtido marino sin
tripulación que va perdiendo la orientación correcta, que se despierta y
confunde el barlovento con el sotavento. Y ya no cuenta siquiera con una
brújula o una rosa de los vientos, pues todo se ha ido quebrando en este viaje
insensato y loco. El velamen yace casi hecho piltrafas.
Solo me queda taponearme los
oídos para no escuchar más el canto de la única invicta y hermosa sirena que me
guiaba con los luceros de sus ojos hacia los inevitables arrecifes, al
encalladero final. Mientas tanto estoy sintiendo un salobre sabor cimentado al
fondo del último barril de agua en existencia y la carroña de la podredumbre
carcomiendo las exiguas vituallas que restan por consumir.
Afuera llueve. Mejor me encerraré
en mi camarote y marcharé a la deriva un tiempo. He sentido el chapaleo de las ratas
al caer en apretada huida. La noche viene y oteo por el ojo de buey que será
desestrellada: ni la Cruz del Sur acompaña esta agonía. Más son los estertores
del mar y no los míos los que mayormente me aquejan. La bruma empieza a
enceguecerlo todo, convierte en difuso el cuaderno de bitácora y ya es
dificultoso que una de mis manos encuentre a la otra en medio de la cerrada
niebla que nos envuelve. El barco va desapareciendo. El mar se seca…
TEXTO EXTRAÍDO DEL LIBRO:
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