Martín Zúñiga Chávez (Cusco,1983)
Las chavetas de la
memoria
A Pedro Rojas
Es bastante conocido lo perjudicial del exceso de felicidad
para la memoria. Saciada toda mi hambre señalaba con
mi dedo imaginario una nube, y llovía.
Si la memoria no me falla fue un griego quien dijo
el mundo está atado en su mayor parte constituido
desde lo más simple y atómico
hasta lo más universal con nudos cibernéticos
que tienen la forma del ser y del vacío
actos bifrontes validados por el amor del diálogo
entre maestro y discípulo
entre el mago y el asombrado
dos cuerdas que como dos serpientes le roían los pulmones a Tiresias.
Enumeración larga y tediosa pero
el amor llena los agujeros que se presentan entre las ganas
Con cierto tono de despecho tratas de explicarte
te parece que para mí todo es solo un juego: apuestas nunca canceladas
negocios dejados a medias incendiando el camino de la melaza
y de las frutas retrasadas hacia al puerto
alumbran piernas de mujer:
abecedarios erguidos
con la sensación de cuerpos muy duros atiborrados de vida.
Te explico: a pesar de ser un gran lugar común es necesario
que el tiempo se detenga de vez en cuando.
Es nuestra conciencia quien se da cuenta de la
limitación de nuestra propia conciencia.
Es en la memoria, en los lugares que visitamos poco, en creer conocer
la verdad de lo acaecido donde ahora las máscaras atesoradas con tanto
esmero
en el cielo raso de nuestros cuerpos susurran una vida de niebla.
La conciencia es saber qué se sabe, no otra cosa.
Si no piensa en los momentos cuando cada palabra
nos era azul e imprescindible.
Nos podían hacer temblar, sudar, desesperar.
Y ahora solo tenemos la noción de cierto matiz.
Y aunque tengamos las palabras exactas el calor no es necesariamente
el mismo.
Felicidad donde toda la música es un patio trasero lleno de pozos
excavados al pie de partituras herméticas.
Construimos un mundo posible detrás de nuestras retinas.
Un mundo superficie de lago: ni el reflejado, muerto ahogado, ni el
reflejo.
Mucho menos la inacabable profundidad del lago.
Un mundo instante
acariciado por la necesidad cinematográfica del sueño.
Qué tropo existiría dentro de esa niebla?
Productos pensados para no durar. Para suprimir.
Para acumular en lugares muy pensados,
en pozos parecidos a tantos otros.
Adentro cabe toda una vida.
Mecánica de los recuerdos
Foco
Mordiendo el techo con la luz que atraviesa
el espacio de los cuerpos ausentes.
destellos azules atrapan algo mosca en pleno vuelo
conectando neuronas entre sí,
conduciendo imágenes hacia las amígdalas, epicentro del temor y del
odio.
Los manuales dicen que es suficiente cierta información genética
ordenada como una biblioteca o como una receta culinaria
Para iniciar un genocidio o detener un linchamiento.
para convencer a la gente de lo bueno
que será el espectáculo en el teatro desta noche.
Destellos rojos aletean en el centro del cuerpo
flores conciertos chocolates peluches música joyerías
El ritual de apareamiento se va convirtiendo en un ente hiperbarroco
por la abundancia de terminaciones nerviosas
y surcos en la materia gris.
Dejando la danza de las aves por la comodidad de grabar los sonidos.
La memoria bulímica se inventó la grafía para ocultarse
de sus propios agujeros negros.
Formas miméticas del mundo en las cuales ahora desconfía.
Pero pronto arraiga la impertinencia de la luz.
Los documentos firmados, las pruebas, el empirismo, la antinomia.
Al nacer, un feto, al saberse abierto se duele por la abundancia de
luz.
Los médicos del espíritu hacen deste el momento propicio para salvar
a los futuros enfermos y en un acto altruista repiten ceremonias
espartanas
arrojando todo hacia el vacío.
Buscan lo no singular, buscan la calma.
Destellos blancos nublan el hecho de ser frágiles.
Puede ser la manera de protegerse del peligro.
Una memoria corporal, digamos.
Huir del fuego, de la pasión, de la longevidad.
A la larga la propaganda da resultado
y el teatro se llena de público, poco a poco.
Crear de la nada un guión, también lo explican los manuales.
Actuar otra vez, imitando espacios y costumbres que no nos son
propias.
Dar vida al vacío, a la pura ficción. Salvar del olvido a criaturas
que no existen sino en el mero ritmo
en la modulación de un verso lleno de desprecio por el mundo real.
Para mayor información sobre el autor y su obra, aquí algunas páginas que puedes visitar:
Por cierto, ya saben: