Ayer tomé whisky , era domingo, un día en que no se debe tomar, pero igual, tomé y
me emborraché y fui feliz. Luego, porque así somos los borrachos, le mandé un
mensaje a Valentina diciéndole que quería hablarle y que me sentía arrepentido
por lo que le hice y que quería pedirle perdón personalmente. Obviamente, se dio cuenta de que yo estaba
borracho, quién diablos te manda un mensaje a las 2 de la mañana,(lo mismo díria yo: quién diablos te responde un
mensaje a las 2 de la mañana). Me dijo para reunirnos el día siguiente y hoy
día me acaba de mandar un mensaje diciéndome que no, que ella está muy bien sin
mí, que ya lo superó y que no se quiere arriesgar con mi amistad sicótica. Le
escribí que me lo merezco, que la cagué y que ahora me siento mejor, por lo
menos lo intenté. Sin embargo, yo me pregunto, si hubiera estado sobrio, ¿le
habría escrito el mensaje?
Se han escrito tantas cosas
sobre la literatura y el alcohol que ya está de más escribir, pero una cosa es
leer las experiencias de otros escritores y otra es vivirlas. Es decir, para mí
el alcohol se ha vuelto necesario para poder sobrevivir en este mundo. Sobre
todo porque aún tengo ganas de soñar y muchas veces la realidad es cruel
conmigo: necesito un buen vaso de cerveza para olvidarme de mis angustias
existenciales. Cuando bebo me doy cuento que soy sólo cuerpo, que mi alma es
una consecuencia de mis funciones fisiológicas y que la vida es una mera novela
que tiene que acabar algún día. Todo lo malo que haga, todo lo bueno, todo lo
estúpido, ya está premeditado. No hay libre albedrío. Cuando estoy ebrio, me doy
cuenta de que todo es consecuencia. Acepto la fatalidad y es más, me río ante
ella. Para mí el alcohol es tan necesario como un amigo fiel, como un buen
lapicero, como una maquina de escribir (o una laptop).
No soy borracho, no tomo todos
los días, pero acepto que olvidar la realidad es necesario. Además, no es lo
mismo tomar con amigos que hacerlo solo. Tomar en la soledad es patético, eso
si es ser borracho, porque en la soledad la realidad se vuelve más cruel, más
inhumana, más trágica. Con los amigos, el llanto se transforma en risa, la risa
en llanto. La sinceridad es más sincera y la hipocresía desaparece. Si amas con
pasión lo gritas a todo el mundo. Si tienes dos pies izquierdos de repente
bailas de la puta madre(o piensas que lo estas haciendo). Si tienes una canción en el corazón y quieres cantarla
pues lo haces y hasta te pueden acompañar. La felicidad se hace más concreta.
La resaca es simplemente la
vuelta a la realidad, la consecuencia de haber sido feliz. El pago que uno
tiene que hacer por no deshumanizarse. Pero es bueno, es bueno cuando uno
recuerda aquellas fiestas y noches donde todo era posible, incluso vencer a la
muerte.
Gimel Zayin
1 comentario:
Mier..... Escrito con tino y pasión. Ultimamente estás sacando cosas buenas pendejo... Aparte que conozco en algo ese tema... Jaja.. Omar
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