ENTRE EL FULGOR DE LOS DEDOS
- Tengo entre mis libros su vida. O por lo menos, un puñado de sueños que durante su vida mortal persiguió con las fuerza de un toro en la primera embestida. Algunas anécdotas de su amor por una mujer, una foto junto a cesar calvo a un lado de la torre ifel que, entre otras cosas - además del listado de sus cigarrillos preferidos- circulan por la bitácora de la internet. Pero tengo-
principalmente- en la mente y en el corazón su búsqueda incansable, su sensibilidad para vislumbrar en el fracaso la victoria de la vida, - a pesar de la vida- sus cuentos son el itinerario de hombres y mujeres que no pudieron - en su mayoría- reconocer en el dolor, la seguridad de la esperanza. Julio ramón Ribeyro es sin lugar a dudas el principal hacedor de mi entusiasmo por la lectura. Desde "al pie del acantilado" hasta "la señorita Fabiola" pasando por los muros adoquinados de una "vida gris" sus cuentos me han abrazado en las noches interminables de desvelo donde por culpa suya terminé jalando cursos inexpresivos y apáticos. No es un reproche Julito, no me arrepiento, aunque la profesora de planificación educativa siga creyendo, y lo que es peor haciéndole creer a sus alumnas- su teoría absurda del soldadito A y el soldadito B, incapaz de darse cuenta que la vida de los hombres no puede llevar una etiqueta, un rótulo que lo condene o lo niegue ante la posibilidad del amor. pero tu julio ramón y por favor- mírame a los ojos cuando te hablo- a diferencia de ella reconociste en el fracaso la sonrisa expectante, la necesidad imperiosa de amar con la urgencia de un adolescente a pesar de pertenecer al listado de los soldaditos b , cuando trabajabas cargando maletas en Francia, esperando tal vez la visita intempestiva y nada sobria de un Echenique que de buena fe te invitaba un trago, embriagándote de humor, proponiéndote juegos con una caja de fósforos, mientras te contaba las peripecias de su "vida exagerada". En el fulgor de esas noches, anegado por las premuras económicas y desasosiegos por falta de un buen cigarro, descifraste tu solo sobre una cama angustiante el verdadero rostro de la vida y encontraste en la soledad de la noche, las fuerzas para arrancarle palabras a una maquia inerte, probablemente vieja cuyo destino - a lo mejor- fue el anaquel de una subasta. Pero, julio ramón, levanta la mira y escucha con atención, ahora que me he convertido en solo bloque de rabia bastó para hacer soñar al mundo y alimentar entre nosotros la necesidad de vivir intensamente. A pesar de tu silueta esquiva y tu negación a las apariciones en público, cada vez que hago chasquear el encendor para fulminar el tabaco, y unirme a ti en ese vicio perpetuo , incomprendido a veces, recuerdo como en la manifestación de un sueño aquel viaje de combi hacia la av. Brasil donde conocí al viejo pata de palo de los "gallinazos sin plumas" y experimenté -como muchos- la angustiante vida de aquellos a los que se les fue negada la palabra... palabras que buscamos día a día para vivir, involucrados en ese conjuro que nos une y nos hace ir con el viento hacia adelante.
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