O sobre "La perla"
Ha de llamar nuestra atención el atrevimiento. De atreverse y de “atrevido”. Steinbeck se atrevió. Utilizo como escenario y como personajes hombres y mujeres de raza completamente distinta a la suya. No tengo entendido con precisión si Steinbeck ha leído a García Márquez, pero ha dejado probado que el mejor modo de escribir de Macondo (o La Paz) es como en Macondo. Kino será un personaje que nunca olvidare, quizá por ser hombre. Y ser hombre en La perla (o en la vida) significa: Ser a medias loco, y a medias Dios.
La injusticia, en lugares como La Paz, es donde más perfora. Haciendo creer a todos sus pobladores que no hay otra manera de existir que la de conformarse, por ende, adaptarse. Pero cuando el hombre quiere verse medio loco, se da cuenta que no es un ser adaptable y todo puede ponerse en contra suya.
Coyotito es el futuro, el porvenir, y el porvenir muere de un solo balazo. Menguando la ira y desquicia que representaba el sueño de Kino por un mundo mejor. Mundo que terminaba en la choza donde ya la música en los oídos le explicaba, con maneras, que no todo saldría bien.
De: Santiago M. Sorel
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