Sobre TAJO:

“Somos aficionados a la poesía. No somos profesionales. Que eso quede bien claro, pues una buena parte de nuestra crítica es potenciada desde esa perspectiva, desde esos campos abiertos que supone tal condición". (Roberto Bolaño)

martes, julio 27, 2010

Fiestas Patrias


Porque también nos vestimos de gala, al igual que en navidad, semana santa, Halloween o canción criolla, nuestro santo y el aniversario de bodas.

Tenemos un pretexto (siempre necesario) para detener la rutina diaria del trabajo, los estudios, la esposa, los hijos, las amantes y todo el jodido día a día. STOP. Ubiquemos, entonces, nuestra escarapela en el pecho, un buen cebiche desde temprano y salgamos a disfrutar de las calles vacías (por esta cuestión de los pasajes) de Lima, también lo pueden hacer en provincias (creo que sería más agradable). Habrá quienes prefieren ver la parada militar por la tv, mientras aguijonea con el dedo pulgar su oreja lodosa. Y espera, ansioso, el almuerzo familiar.

Otros más avezados desafiaran el frio glacial y buscaran desde temprano un lugarcito pequeño entre la multitud del campo de Marte. Los tombos, corruptos, las policías que se cachuelean vendiendo sus videos a Play Boy, los cachacos que firmaron a Dorita (que amenazan con lanzar una productora porno), también los que torturan y matan, y luego te ponen marihuana en la mochila. Todos, con sus tanques y sus aviones -que rogamos, no se caigan por este día- bien ordenaditos, marchan frente al presidente: su barriga y sus tetas. Entonces, el tipo que se saca el tofy de la oreja, desea que al fin del desfile pase Leysi Suarez, calata sentada sobre la bandera, en un caballo de paso.

Más tarde, los 28 millones de peruanos depositaremos nuestra más remota esperanza en el discurso de Alan, 5 minutos después, el Perú seguirá jodido como Santiago Zavalita (y esto no es pesimismo). La banderas siguen flameando en los techos y azoteas patriotas, sobre todo en Puno donde, a pesar del frio que mata a los niños, no han pensado en sacarla y usarla como frazada.

Llega la hora del almuerzo, he aquí la mejor parte: Gaston Acurio y Don Pedrito, nos sirven: Anticuchos, ají de gallina, seco a la norteña, etc. Un vaso de chicha morada. Fuentes enormes, un gran Bufet. Y ningún cubierto, ¡NO JODAS!. Despertamos del sueño y encontramos: un esplendido plato de arroz con pollo -sin pollo, pero con huevo-, preparado por mamá, y damos gracias a Dios por haberla hecho peruana (por su sazón) y linda (por que todas son así).

Para no alejarnos, porque no es el día de la madre, desgraciadamente, llega la tarde y por la radio se escucha el himno nacional, se nos hincha el pecho y comenzamos el canto: Somos libres, seámoslo siempre… ¡Tamare, nos cambiaron la letra!, sacamos el cancionero y no la ubicamos, apagamos: la radio, la tv, la vida, pensamos en Vallejo, Arguedas, Ribeyro, Watanabe, Bryce, Hora Zero y TAJO… Cogemos una botella de Pisco, se aleja el alba, se viene la noche, buscamos a nuestros amigos. ¡Y QUE VIVA EL PERÚ… CARAJO!

Omar Livano

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