La poesía se manifiesta de diversas maneras. Algunas mejores que otras, claro, pero siempre jadeando. Lo peor que se le puede hacer es ubicarla -dentro- de años: darle un espacio no depende del tiempo ni de su discurrir. Es una cuestión de instante. Y en estos poemas de un tal José Jaramillo, amigo mexicano, hombre de letras en mayúscula, hay un ingrediente vital y urgente.
Sí deben soplar la poesía de algún lado, esnifen estos versos:
UNO
No sé si ya te he dicho
que en las líneas de tus manos
miro que te encuentras conmigo en algún
sitio.
Que avanzamos sobre rueda
como lo han hecho los siglos del Antes
y que llevamos en la cabeza una cobija
por si se nos calienta el ego
y soberbiamente nos comemos.
Quiero pedirte que te asomes
por estos lugares oxidados
y me digas si tú miras
en las marcas que has dejado en mi piel
algún sitio para convertirlo
en un altar de bendiciones y trabajo.
Quiero escribirle a tus palmas
la retórica más pura
y decirles que te sueño
cuando vamos agarrados
hirviendo entre semáforos:
tú viviendo la noche a tu manera;
yo muriendo
-por doscientos pesos-
entre tus brazos.
DOS
Brindo por las noches estériles
que se pegan a la hiel y al cuero
cabelludo.
Quiero decir que si alguna vez hubo
un motivo para gritar que valió la pena
esto
será que la noche se nos vino por detrás de
los ojos
y cuando miro que no viene hacia dentro de
mi párpado
el camino más estrecho para ser voluntario
automóvil del día siguiente
sé que he llegado a la certeza de estar
vivo
con una noche que se me encuera de frente,
que me toma de la mano
y me dirige sin problemas
al prostíbulo más borracho
con sus papeles de plata
a robarle a las putas
para hacerle el amor
en cualquier hotel barato.
(Y si les gusto densé una vuelta por su primer trabajo, manuscrito, virtual, onda erotico, con hartos huevos:
http://issuu.com/juandresk/docs/poemas_al_aire )
http://issuu.com/juandresk/docs/poemas_al_aire )
1 comentario:
Jojojojo, yeah. A mí me dijo un pajarito por ahí (pajarito, cabrones, que no pito, ¡eh!, jajajaja) que los del poemario son más bien versos sin un fin que nacieron en diversos momentos. Lo único que los une es que, como no tenían título en su momento, les fue -el autor- asignando letras del alfabeto griego al azar, y un día ya tenía todo el alfabeto gastado, así que decidió juntarlos así nomás, como un poemario.
Publicar un comentario