Sobre TAJO:

“Somos aficionados a la poesía. No somos profesionales. Que eso quede bien claro, pues una buena parte de nuestra crítica es potenciada desde esa perspectiva, desde esos campos abiertos que supone tal condición". (Roberto Bolaño)

martes, marzo 27, 2012

Emergencia en las páginas de un poeta Latinoamericano


“La poesía es mi mujer
Le he dado todo
No me puede fallar”
Juan Ramirez Ruiz Dixit — Mario Santiago Papasquiaro

¡Tumbarse! ¡Erguirse!
¿Qué paso?
Qué cosas pasan, a las seis de la mañana, por la cabeza de un joven
estudiante de periodismo, amante, 24 años y sin razón alguna
¿qué pasaría por su cabeza?
para relinchar como un caballo
y tropezar para no detenerse por toda la avenida Tacna. Y Wilson. Y seguir
hasta que sus pasos dejen de ser el chasquido de la indiferencia,
pero ¿qué pasaría por su cabeza?
¿en qué estaba pensando?
Cuando se dejó penetrar y eyacularon en su pecho
y lo sacudieron
y comenzó a creer en los amores del 68
y en las uñas desafiantes de unos cuantos poetas ignotos.

¡Tumbarse! ¡Erguirse!
¿Era un ejercicio vital?
o la pirueta de una bestia incontrolable
de aquel que busca sentirse vivo, a cuestas de una familia provinciana.
Él es la maquina
la que no pensó en consecuencias y se dejó llevar por amores sórdidos y libros cochambrosos
la alimaña rastrera que surca litros y litros de alcohol
y, libros y libros de poesía del siglo XX
a sabiendas y reprimendas
de que todo lo ya devorado, es todo lo ya devorado.

¡Tumbarse! ¡Erguirse!
Y no arrastrarse
ni por comida, ni por un pucho a la seis de la tarde.
Se supone que no debe arrepentirse
se supone, pero en qué estaba pensando cuando se le acabó el corazón
y lo busco en los bolsillos
y todo ahí dentro era silencio. Oscuridad.
Se sentó. Vio caer en medio de la sala, la última fotografía de Marlene.
La preciosa Marlene, la que se limpia las uñas con mondadientes
y suspira en la facultad más retorcida del mundo
estaba lejos ahora y la suma de las partes era un total vacío
la suma de recuerdos, no servían de nada
era demasiado tarde
para refregarse los ojos
llorar llorar llorar llorar llorar… ¿a ver, sigue llorando?… llora llora llora
como un maricón, pero llorando.

¡Tumbarse! ¡Erguirse!
De nuevo
¡Tumbarse! ¡Erguirse!
caminando sin dirección aparente
pero caminando y no quieto
¿a la espera de qué?
de un futuro prometedor, dicen
de la tranquilidad, dicen
de no dejarse abollar por las cretinas de 20 años, dicen
de dejarse de huevadas y trabajar, dicen
todo eso dicen y no saben qué más decir
pues ya lo han dicho todo y él sigue escapando
deteriorado y descalzo
corre y se permite intervalos de tiempo para sacudirse las mangas y encender otro cigarrillo
luego sigue corriendo y, contra todo pronóstico, es feliz
cinco veces al día.

¡Tumbarse! ¡Erguirse!
Y terminar de una vez por todas con el ¿qué pasaría por su cabeza?
y respetar
conocer
enloquecer a cada segundo con los poemas de JuanRa
hasta que salga el sol
pero hasta que salga expectorado de su boca
Y no preocuparse por lo que sucederá mañana
No, hasta que sea Lunes, 7 am, sol serrano,  brisa gélida rasgando el rostro
y unos libros respetables bajo el brazo.

Omar Livano

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu siempre de puta madre Omar. Gracias por el sacudon de emoción al leerte.

Consuelo.

Anónimo dijo...

Chévere Consuelo...
Manda tus cosas también pe... jajaja
y a ver cuándo bajas pa la jato de Julio... pa unas chichitas... de jora...
Omar