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martes, diciembre 28, 2010

un cuento corto



El descubrimiento

Adormecido por el miedo se detuvo de pronto. La transpiración mojó los pliegues de su camisa, en la boca un dolor creciente, inventado, iba apoderándose poco a poco de su mente. Una macha blanca extendiéndose por su cabeza, se apoderaba de sus sentidos. -Déjame en paz. Mónica dio la vuelta, sobre sus pasos, y soltando maldiciones echo a correr. En el paradero de colon los automóviles se amontonaron frente al busto del conquistador: taxis, combis, que a esa hora de la noche confundían sus luces amarillentas en la neblina espesa y cruzando decididamente la avenida vacía, desaparecían entre los arbustos de Wilson. Quiso seguirla, decirle no te vayas flaca, te quiero, pero no pudo. Por una extraña razón se había quedado quieto mirando la calle, ya no sudaba, y el vacio de su mente se iba poblando vertiginosamente de recuerdos. Encendió un cigarrillo, el contacto con el tabaco amargo le hizo chasquear los dientes. Caminó unos pasos intentando poner en orden esa película que, a pesar de ser él mismo protagonista, ahora desconocía y corría desordenadamente frente a sus ojos, siempre inconclusa. Un viento frío golpeó las paredes de las casas antiguas que, aun hoy, de pie vigilan la noche. Un rugido fulminó su pecho, las manos en el bolsillo del pantalón estrangulaban la rabia, el dolor. De regreso a casa, las sirenas del serenazgo lo asustaron, cruzo Uruguay, dobló por la plaza Francia y siguió derecho hasta el jirón de la unión. Algo se había roto dentro de él, el fracaso que conocía de oídas, era ahora propio, en su interior un fuego se había extinguido para siempre.
El día en que se conocieron, él le invito un helado y ella le dijo, vete, no sé quién eres. En su manera de mirarlo Roberto había descubierto un cariño que asomaba, sus ojos grandes lo dejaron prendado la primera vez que la vio, sus cejas pobladas, sus maneras de mover los labios cada vez que hablaba. La primera semana que se instaló fuera de la zapatería peyless pensaba: no me hará caso pierdo mi tiempo, no volveré, pero al día siguiente regresó. A la salida la atajó y le dijo: te acompaño a tu casa. Ella se negó, recordaba la voz melosa de su madre: “Mónica no hables con extraños” Pero poco a poco, con el correr de los días le fue tomando cariño a ese loco de jeans y pelo alborotado que, al caer la noche, cada día religiosamente vigilaba su salida frente a la puerta de la zapatería done ella trabajaba. Sus amigas de la tienda la fastidiaban: Mónica ya tienes novio, preséntalo pues, y ella: no es mi novio un fan nada más, se reía. Un día le estiró la mano y le dijo su nombre, hizo piruetas, caminó a su lado le decía a la gente que pasaba: es mi chica ¿no es linda? , y ella pensaba, me quiere. ¿Cómo había sido posible que ese amor tan puro y cargado de intensidad se haya disuelto ahora en una pena que inundaba su alma? ¿Había hecho algo mal? No entendía nada, avanzaba como empujado por el aire. Pensaba: no volveré a enamorarme nunca.
Roberto recordó el paseo que dieron juntos: el jirón de la unión rebalsando de gente, las veredas lustrosas de las tardes interminables del verano, el parque universitario iluminado por dos lenguas doradas que, flanqueando la calle lamen la pista. Autos, sirenas, se tropezaban con la gente y la flaca bromeó diciendo que si hubiera un terremoto o un incendio como el que hizo cenizas el mercado central, morirían juntos. La vista encontraba sin esfuerzo a los ambulantes que azuzados por los serenos, corrían despavoridos regando la vereda con equecos de colores, plástico, comida. Las palabras de la flaca se iban juntando en su cabeza como se juntan las piezas de un rompecabezas, pero estas no llegaban nunca a un desenlace.
Una luz fugitiva se iniciaba en sus ojos, se extinguía. ¿Sería en esos momentos, esa caminatas largas bajo el sol abrazador donde había tenido su primer encuentro con el amor? Nada importaba ahora. El Rímac ha crecido, el agua color barro corre enfurecida hacia el sur, y él arañando con la mirada el cielo, busca una respuesta, convencido de que a pesar de lo inexplicable del amor, ese torbellino que nos envuelve sin distinguir absolutamente nada fuera y dentro de nosotros, lo abrazará de nuevo, mañana, el próximo verano, o quizá cuando se hay olvidado por completo de que, a pesar de no verlo, está siempre con él.

ROBERTO BERMUDEZ GRAU

jueves, diciembre 16, 2010

UN CANTO A LA VIDA Y LA ESCRITURA


Al recibir la distinción con que vuestra libre Academia ha querido honrarme, mi gratitud es tanto más profunda cuanto que yo mido hasta qué punto esa recompensa excede mis méritos personales.

Todo hombre, y con mayor razón todo artista, desea que se reconozca lo que él es o quiere ser. Yo también lo deseo. Pero al conocer vuestra decisión me fue imposible no comparar su resonancia con lo que realmente soy. ¿Cómo un hombre, casi joven todavía, rico sólo de sus dudas, con una obra apenas en desarrollo, habituado a ‘vivir en la soledad del trabajo o en el retiro de la amistad, podría recibir, sin cierta especie de pánico, un galardón que le coloca de pronto, y solo, en plena luz? ¿Con qué estado de espíritu podía recibir ese honor a tiempo que, en tantas partes, otros escritores, algunos entre los más grandes, están reducidos al silencio y cuando, al mismo tiempo, su tierra natal conocer incesantes desdichas?

Sinceramente he sentido esa inquietud, y ese malestar. Para recobrar mi paz interior me ha sido necesario ponerme a tono con un destino harto generoso. Y como era imposible igualarme a él con el solo apoyo de mis méritos, no he hallado nada mejor, para ayudarme, que lo que me ha sostenido a lo largo de mi vida y en las circunstancias más opuestas: la idea que me he forjado de mi arte y de la misión del escritor. Permitidme, aunque sólo sea en prueba de reconocimiento y amistad, que os diga, con la sencillez que me sea posible, cuál es esa idea.

Personalmente, no puedo vivir sin mi arte. Pero jamás he puesto ese arte por encima de toda otra cosa. Por el contrario, si él me es necesario es porque no me separa de nadie, y me permite vivir, tal como soy, al nivel de todos. A mi ver, el arte no es una diversión solitaria. Es un medio de emocionar al mayor número de hombres, ofreciéndoles una imagen privilegiada de dolores y alegrías comunes. Obliga, pues, al artista a no aislarse; le somete a la verdad, a la más humilde y más universal. Y aquellos que muchas veces han elegido su destino de artistas porque se sentían distintos, aprenden pronto que no podrán nutrir su arte ni su diferencia más que confesando su semejanza con todos.

El artista se forja en ese perpetuo ir y venir de sí mismo, a los demás, equidistante entre la belleza, sin la cual no puede vivir, y la comunidad, de la cual no puede desprenderse. Por eso, los verdadero artistas no desdeñan nada; se obligan a comprender en vez de juzgar. Y si han de tomar un partido en este mundo, sólo puede ser de una sociedad en la que, según la gran frase de Nietzsche, no ha de reinar el juez sino el creador, sea trabajador o intelectual.
Por lo mismo el papel de escritor es inseparable de difíciles deberes. Por la definición no puede ponerse al servicio de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la sufren. Si no lo hiciera, quedaría solo, privado hasta de su arte. Todos los ejércitos de la tiranía, con sus millones de hombres, no le arrancarán de la soledad, aunque consienta en acomodarse a su paso y, sobre todo, si en ello consiente. Pero el silencio de un prisionero desconocido, abandonado a las humillaciones en el otro extremo del mundo basta para sacar al escritor de su soledad, cada vez, al menos, que logra, en medio de los privilegios de su libertad, no olvidar ese silencio, y trata de recogerlo y reemplazarlo, para hacerlo valer mediante todos los recurso del arte.

Ninguno de nosotros es lo bastante grande para semejante vocación. Pero en todas las circunstancias de su vida, obscuro o provisionalmente célebre, aherrojado por la tiranía o libre poder expresarse, el escritor puede encontrar el sentimiento de una comunidad viva, que le justificará sólo a condición de que acepte, tanto como pueda, las dos tareas que constituyen la grandeza de su oficio: el servicio de la verdad, y el servicio de la libertad. Y pues su vocación es agrupar el mayor número posible de hombres, no puede acomodarse a la servidumbre que, donde reina, hace proliferar las soledades. Cualesquiera que sean nuestras flaquezas personales, la nobleza de nuestro oficio arraigará siempre en dos imperativos difíciles de mantener: la negativa a mentir respecto de lo que se sabe y la resistencia a la opresión.

Durante más de veinte años de una historia demencial, perdido sin recurso, como todos los hombres de mi edad, en las convulsiones del tiempo, sólo me ha sostenido el sentimiento hondo de que escribir es hoy un honor, porque ese acto obliga, y obliga a algo más que a escribir. Me obligaba, especialmente, tal como yo era y con arreglo a mis fuerzas, a compartir, con todos los que vivían mi misma historia, la desventura y la esperanza. Esos hombres nacidos al comienzo de la primera guerra mundial, que tenían veinte años a tiempo de instaurarse, a la vez, el poder hitleriano y los primeros procesos revolucionarios, Y que para completar su educación se vieron enfrentados luego a la guerra de España, la segunda guerra mundial, el universo de los campos de concentración, la Europa de la tortura y de las prisiones, se ven hoy obligados a orientar sus hijos y sus obras en un mundo amenazado de destrucción nuclear. Supongo que nadie pretenderá pedirles que sean optimistas. Hasta llego a pensar que debemos ser comprensivos, sin dejar de luchar contra ellos, con el error de los que, por un exceso de desesperación han reivindicado el derecho al deshonor y se han lanzado a los nihilismos de la época. Pero sucede que la mayoría de entre nosotros, en mi país y en el mundo entero, han rechazado el nihilismo y se consagran a la conquista de una legitimidad.
Les ha sido preciso forjarse un arte de vivir para tiempos catastróficos, a fin de nacer una segunda vez y luchar luego, a cara descubierta, contra el instinto de muerte que se agita en nuestra historia.

Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizás mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida —en la que se mezclan las revoluciones fracasadas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos, y las ideologías extenuadas; en la que poderes mediocres, que pueden hoy destruirlo todo, no saben convencer; en la que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión—, esa generación ha debido, en si misma y a su alrededor, restaurar, partiendo de amargas inquietudes, un poco de lo que constituye la dignidad de vivir y de morir. Ante un mundo amenazado de desintegración, en el que nuestros grandes inquisidores arriesgan establecer para siempre el imperio de la muerte, sabe que debería, en una especie de carrera loca contra el tiempo, restaurar entre las naciones una paz que no sea la de servidumbre, reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la alianza.
No es seguro que esta generación pueda al fin cumplir esa labor inmensa, pero lo cierto sí es que, por doquier en el mundo, tiene ya hecha, y la mantiene, su doble apuesta en favor de la verdad y de la libertad y que, llegado el momento, sabe morir sin odio por ella. Es esta generación la que debe ser saludada y alentada dondequiera que se halle y, sobre todo, donde se sacrifica. En ella, seguro de vuestra profunda aprobación, quisiera yo declinar hoy el honor que acabais de hacerme.

Al mismo tiempo, después de expresar la nobleza del oficio de escribir, querría yo situar al escritor en su verdadero lugar, sin otros títulos que los que comparte con sus compañeros, de lucha, vulnerable pero tenaz, injusto pero apasionado de justicia, realizando su obra sin vergüenza ni orgullo, a la vista de todos; atento siempre al dolor y a la belleza; consagrado en fin, a sacar de su ser complejo las creaciones que intenta levantar, obstinadamente, entre el movimiento destructor de la historia.

¿Quién, después de eso, podrá esperar que él presente soluciones ya hechas, y bellas lecciones de moral? La verdad es misteriosa, huidiza, y siempre hay que tratar de conquistarla. La libertad es peligrosa, tan dura de vivir, como exaltante. Debemos avanzar hacia esos dos fines, penosa pero resueltamente, descontando por anticipado nuestros desfallecimientos a lo largo de tan dilatado camino. ¿Qué escritor osaría, en conciencia, proclamarse orgulloso apóstol de virtud? En cuanto a mi, necesito decir una vez más que no soy nada de eso. Jamás he podido renunciar a la luz, a la dicha de ser, a la vida libre en que he crecido. Pero aunque esa nostalgia explique muchos de mis errores y de mis faltas, indudablemente ella me ha ayudado a comprender mejor mi oficio y también a mantenerme, decididamente, al lado de todos esos hombres silenciosos, que no soportan en el mundo la vida que les toca vivir más que por el recuerdo de breves y libres momentos de felicidad, y por la esperanza de volverlos a vivir.

Reducido así a lo que realmente soy, a mis verdaderos limites, a mis dudas y también a mi fe difícil, me siento más libre para destacar, al concluir, la magnitud y generosidad de la distinción que acabáis de hacerme. Más libre también para deciros que quisiera recibirla como homenaje rendido a todos los que, participando el mismo combate, no han recibido privilegio alguno y si, en cambio, han conocido desgracias y persecuciones. Solo me resta daros las gracias, desde el fondo de mi corazón, y haceros públicamente, en prenda de personal gratitud, la misma y vieja promesa de fidelidad que cada verdadero artista se hace a sí mismo, silenciosamente, todos los días.

albert camus, 1957 discurso al recibir el flamante NObel

sobre crecer


Cuando tenía alrededor de 15 años leí “Crimen y castigo” y me dio vuelta. Creo que sentí por primera vez la sensación de qué era una novela, o qué podía llegar a ser, y siempre estuve seguro que esa fue la experiencia que empujó a ser lo que soy. Me dije: “Absolutamente, no tengo dudas, así es como me voy a ganar la vida, o al menos, así es como quiero gastarla”. Lo que no quita, claro, que la mayor parte por unos cuantos años, fue simplemente basura.

PAUL AUSTER
escritor americano

PARA QUE CARAJOS SE ESCRIBE UN POEMA?


¿Para qué coño se escribe, a fin de cuentas, un poema?

Y aquí voy:

Se escribe un poema para sentirse el centro del mundo.
Se escribe un poema para hacer más fraternos a los hombres,
o sea para intentarlo,
o sea para que la poesía sirva para alguna cosa.
Se escribe un poema para no sentirnos el centro del mundo.
Se escribe un poema para ahuyentar a una muchacha.
Se escribe un poema para ayudar a la Revolución.
Se escribe un poema para que los maridos nos odien mucho más.
Se escribe un poema para que el poema nos acompañe,
para no estar tan inexplicablemente solos.
Se escribe un poema para duplicar el orgasmo
o al menos para ponerle un espejo delante.
Se escribe un poema para no tener tiempo de hacer otras cosas,
como por ejemplo para no tener tiempo de sufrir.
Se escribe un poema para que nuestra tía más querida
pueda decir a todos que tiene un sobrino que escribe un poema.
Se escribe un poema para rascarse la barriga en la playa,
para emborracharse en Surquillo
sin que a uno lo asalten los señores chaveteros,
para darse un descanso entre polvo y polvo,
para hablar de ello en el Instituto Italiano de Cultura,
para que a uno lo consientan todo,
para que a uno no le consientan ni un comino.
Se escribe un poema para que los psiquiatras no nos cobren,
y para que aquella rubia se sienta inmortalmente poseída,
y para que el general Velasco lea estas líneas
y sepa que Avendaño sigue preso
por orden de una culebra disfrazada.
Y se escribe un poema para viajar a los congresos de escritores
con todos los gastos pagados,
y para ponerle el cascabel al gato,
y para poder comer con la mano en los salones
si nos viene en gana,
y para morirse de hambre
y también para no morirse de hambre
y para quedar como un perfecto cojudo en todas partes,
y para usar calzoncillos de colores sin que
se nos acuse de maricas,
y para que ciertos cadetes nos dejen a solas con sus novias
creyendo que lo somos.
También se escribe un poema para no afeitarse nunca,
para ir al baño sin remordimientos,
para ir al comedor sin remordimientos,
para ir al dormitorio sin remordimientos,
y se escribe un poema para sentirse culpable de todo
y con esos materiales llegar a escribir algún poema.
Y también se escribe un poema para reírse a gritos
Y para vivir también se escribe un poema.
Y para tener un pretexto para no vivir, etcétera.
Y a propósito de etcétera:
Se escribe un poema para no escribir cosas peores,
como cartas de amor, cartas financieras,
facturas por pagar, tratados de filosofía miraflorina,
Y se escribe un poema por incapacidad,
cuando se ha fracasado como wing derecho en la
selección del colegio, cual es mi triste caso.
Y se escribe un poema para intensificar la vida,
como dice Stéfano Varese.
Y se escribe un poema, finalmente,
se escribe un poema para que en algún lugar del mundo,
mañana o dentro de veinte años
la pareja que está por suicidarse alcance a leerlo, y desista,
desista por lo menos unos días,
y comprenda que la vida
es siempre hermosa
a pesar de la vida… y a pesar del poema.

jueves, diciembre 02, 2010

EL REGALO DE NAVIDAD QUE TODO TAJODIDO QUIERE

Una antologia siempre trae sorpresas. Pero si es antologia e historia, mucho más. Esté señores es el libro que todo tajodido quiere. No se preocupe si no hay papel de regalo no nos enojamos.

domingo, noviembre 21, 2010

PAUTAS PARA ELIGIR TEXTOS EN TAJO REVISTA


PAUTAS PARA ELIGIR TEXTOS EN TAJO REVISTA

SEGUIR EL ESTILO Y LA LINEA

Cada texto debe ser una ruptura. No repetir ni calcar.
Lenguaje –Exacto, preciso, coloquial, propio.
Poesía- Nada repetitiva. Los temas son los mismos. Rulfo ya no lo dijo, no hay otros temas que el amor y la muerte. Pero que vengan todos los demás.
Que se vayan a la mierda las auroras, la poesía debe ser palpable. Que toque.
Cuento –por el momento- sembrados en puntos de tensión.
Artículos variados y originales.
Cada integrante puede colocar un texto.
Nos reunimos una vez al mes para organizar la edición.
Arriesgarnos.
Eventos a realizar
Presentación del libro de Maynor.
Firma Livano y Barco.

jueves, noviembre 18, 2010

UN FRAGMENTO PERDIDO

Juégame las cartas Pochita. Anda pues, una vez, no seas mala. La había traído su papa, renegando. Yo no juego a las cartas, ¿de donde sacaba esas cosas flaca? Hasta donde te vas a ir malcriada, abusas de mí porque te quiero, cómo te vas a regresar. –sola pues, como siempre. Tuvo ganas de abrazarlo de trepársele por el cuello y decirle te quiero papá. Sus piernas largas, el andar despreocupado, el pelo alborotado. ¿Por qué ese tambor en el pecho? Esa extraña sensación que iba creciendo con los días. Trató de explicarse y no pudo ¿tristeza, rencor? Qué me pasa últimamente.
Era duro vivir donde vivía la flaca, todo le quedaba lejos a la pobre -que quiero una gaseosa papá, hasta quince cuadras a buscar la tienda, -que quiero ir al cine mamá, una hora de viaje al centro. Salir con el sol para llegar antes que suene el timbre en el colegio, cruzar los interminables arenales: plantas muertas, casuchas de esteras flotando sobre la arena, “la orquesta” como le decía su papá al quejido interminable de perros flacos, charcos espumeantes sobre los cuales miles de moscas hacen una nube lejos del cielo. El infierno, pensó. Apurarse para tomar el bus, avanzar hasta el fondo, buscar un lugar vacío, revisar las asignaturas del día. Después un sueño rápido fugaz, interrumpido por una voz chillona, áspera: ¡último paradero. ¡
-Algún día viviré como tu Pochita, los ojos al cielo la mirada contrita como quien espera recibir inmediatamente., en un lugar bonito lleno de parques, chifas, cafés, nunca más regresaré a este muladar.
Listo. Dijo el señor Carlos, pero te cuidas, prométeme que te cuidas.- me cuido respondió la flaca, no te preocupes por mi. Un beso largo, pegajoso sobre la barba dura. ¿Quieres que te acompañe hasta allá? anduvieron las tres cuadras, conversando, riéndose entretenidos con los anuncios de las casa comerciales, cruzaron la avenida, allí el hospital santa rosa comiéndose la esquina, llegaron al Majestic: noche de gala leyeron sobre un cartel azul.
Si juegas. La flaca la miro a los ojos, y ella no le pudio mentir. Si juego pero no las entiendo bien. ¿Quien te enseño?, unas tías viejas hace un tiempo. La salita de cortinas rojas, los floreros largos llenos de flores de mentira, la voz de celio González escurriendo por entre los parlantes de la radiola: recuerdas tú aquella tarde gris… la verdad no me acuerdo bien, fue un día en que todos salieron a comer al unión.

ROBERTO BERMUDEZ

martes, noviembre 16, 2010

RETO CACHIMBO (por Omar Livano)


Todo era tan fácil, tan algorítmico: Dormir, comer, a veces leer, comer otra vez, caminar, fumar, volver a dormir. Fue sencillo y placentero acostumbrarme. Pero el futuro -sobre todo el futuro que dicen exitoso- exige retos. Tuve dos opciones: Un humilde, pero respetable, trabajo o LA UNIVERSIDAD. La primera me parecía, aparte de tediosa y exagerada, inútil. Hasta ese momento todo bien ¡Correcto! Ya tenía una decisión, un camino. El examen de admisión fue elemental. Elegí una Universidad con fama de sencilla. Una carrera que oscilaba entre “Buen campo Laboral” y “Papayita” ¡Perfecto!

La Universidad Nacional Federico Villarreal me abrió ambas piernas (portones) oxidadas esa mañana. Hacia frio, Lima era deprimente, nostálgica, pellizcaba el rostro

con sus vientos espesos y llenos de smog. No poseía carnet universitario, frente al guachimán era uno más, de tantos. Él me simpatizo, yo no. Me exigió algún documento. “¡No nos han dado carnet, señor!”. Las palabras no valen nada, él sólo cumple con su trabajo. Y su trabajo es no dejar entrar extraños, menos con ojos desfigurados por la vida y sin porvenir. “¿Certificado de ingreso?” “La hojita naranja, claro, claro. La tengo” Luego de sumergirme en mi mochila, y enrojecer por culpa de las miradas ajenas (Miradas que considere, desde entonces, eternamente enemigas), logre pasar dejando mi DNI. Es colérico descubrir, en una situación tan bochornosa, que fuiste el único a quien se le exigió mostrar algún documento universitario. Vamos descubriendo cosas para entonces. 1: Hubiera preferido laborar como portero, y joder a otro. 2: Necesito un carnet bamba. 3: ¿Ahora qué diablos hago?
Sí, es verdad que mis metas parecían superfluas y hasta comunes. ¡Pero esto era demasiado! ¡Soy un cachimbo! Y la ceremonia de bienvenida y el sandwich con la gaseosa y al menos alguien que me diga cuál es mi salón.

Bien, ya estaba en esto y no podía detenerme, era agradable ver chicas bonitas pretenciosas, traseros moldeados. Era algo. Claro estaba solo, pero al fin y al cabo ahí ESTABA. Los pabellones eran desiguales, colgaban telones sucios con bienvenidas de partidos políticos. Eran como 4 ó 5, pero ninguno ayudaba en la búsqueda de mi salón. Preguntando llegue a la escuela de la especialidad. Una mujer minuciosamente maquillada y minuciosamente gorda me miro con aire de superioridad, por encima de sus lentes. “Que desea jovencito” “Quiero saber cuál es mi salón” “Especialidad” Mi especialidad es meterme en líos, pero respondí “Lengua y Literatura” “Ah muy Bien”. Se instalo un silencio de unos 10 minutos. “Perdón, ¿Cuál es mi salón?” “Fíjese afuera esta la lista”.
La odie. Pensé que ya seria tarde y llegar tarde a la primera clase, no había estado en mis planes. Yo quería sentarme al fondo, donde nadie me pueda ver, donde yo juzgara a los demás, donde yo fuera el rey. Un rey que no había desayunado, por cierto. Había un cafetín, como el del colegio pensé, con dulces de colores fluorescentes, chizitos con regalos, arrocillo, algo, lo que sea. ¡Tengo hambre! “Dos soles la hamburguesa, dos soles el jugo”. Mire con cierta nostalgia mi bolsillo, y fuera del boleto de la combi solo tenía: S/. 1.50 “Una galleta soda, por favor”.

Arroje la galleta al fondo de la mochila para que se pierda como yo lo hice. Al menos sabía que mi pabellón era el B, piso 7, aula 6. Camine despacio tratando de imitar el talante universitario. Mientras subía los primeros escalones, me consolé en el mito del primer día de clases. Ese que dice: Nadie va, y si es que van no llegan temprano.
Segundo piso, tercero, cuarto ¡No pueden poner un ascensor! Ahora, buscar mi salón. Bien, aula 1, aula 2, aula 3 –Ya todo parece fácil- aula 4, aula 5 y el baño ¿AULA 6? Si no me arroje del balcón fue solo por no querer desperdiciar la galleta. Pensé en regresar a casa y volver al día siguiente o la semana siguiente o cuando noten mi ausencia y me llamen.
Pero no era el único, y eso me mantenía en pie. Un grupo de dos chicas y un chico se nos acercaron, nos dijeron que pertenecían a un movimiento político, que nos ayudarían, bla bla bla. No sentaron en fila sobre carpetas marrones y pintarrajeadas. Nos hablaron de la UNFV. Porque no nos habían asignado un salón. De los créditos extracurriculares. Del tercio estudiantil. “Pero solo somos cachimbos”. Y eso a quien le importa. Saque mi galleta, estaba tan destrozada, como yo.

domingo, noviembre 14, 2010

VARGAS LLOSA Y EL AMOR


VARGAS LLOSA Y EL AMOR



Yo le explique que el amor no existía, que era una invención de un italiano llamado Petrarca y de los trovadores provenzales
La tía Julia y el Escribir.



Siempre les dije a mis amigos que Mario es Dios. Algunos, contraatacaban con otros nombres, aguando mi fiesta: ¿García Márquez? Muy alucinoide, grande sí pero no seguible. ¿Cortázar? Pues, gran cuentista, de seguro el “Perseguidor” es una de los más grandes relatos que he leído en mi vida… ¿Donoso? Ah, el chileno se las trae, escribe sublime, pero no alcanza los castillos de Mario. En plan de exorcizarme de mi vargasllosismo crónico, algunos soltaban más agua bendita: “Vargas Llosa tiene buenas novelas, sí, pero su vida política es un desastre, fue marxista y ahora es neoliberal, ah y como es la cosa es ¿peruano o español? Prefiero a Arguedas” “¿Vargas Llosa, ese incestuoso que se caso con su tía y su prima? ¿Te parece el mejor escritor? ¿Y Uchuracay? ¿Y las elecciones del 90?“ Yo, ahora lo digo con más ganas, les decía, muy español, que se vayan a tomar por culo. Es cosa de perogrullo que los gustos son relativos, pero me sale el indio cuando defiendo a Mario ¿será que le debo mis mejores lecturas? ¿Las lecturas más decisivas de mi vida?
No creo en los milagros (luego de soplarme “EL ANTICRISTO” y descubrir que Jesús fue un idiota revolucionario que murió mudo y dejo obra, quede más laico que oficina de marxista), pero los milagros existen. Y si no fue milagro, que rayos fue esa gran noticia que me hizo saltar, como pogueando, toda la mañana, alzar en brazos a mi abuela (Julio, ya pues, pórtate bien, pórtate bien) y retozar como un idiota por toda la casa…
¡Era, pues, que Vargas Llosa, recibía el mejor premio, el más grande premio de la literatura!

Quisiera hablar del lado más humano (o mundano) de Vargas Llosa. No de sus obras, ensayos, cuentos o críticas. Hay buen y vasto material escrito al respecto. (Les recomiendo leerlos por los diferentes blogs, diarios. Y otros medios, tanto impresos como virtuales: Moleskine literario, La fortaleza de la soledad, Escultural.com, etc. De lejos, la mejor reseña es la de Alberto Fuguet, visiten su blog!) Quiero referirme a sus amores. Porque, como dice la canción, el amor es más fuerte. Empecemos por omitir los rumores que circulan por el mundillo literario nacional (o sea, en las cantinas, performances y en aulas universitarias) El primero cuenta que Marito, luego de tomar unas copitas de más, suele vestirse de mujer ¡Ojo, sin confirmar! El segundo nos revela que, ya en su vejez, alguien le escribe las novelas (cosa que refutamos, porque, al menos yo, creo que su vena es fuego, o sea, inagotable, fuertísima); la última habla de que es un cocainómano, y si lo fuera ¿acaso mermaría su genialidad?

Ahora bien, cuando pienso en Vargas Llosa, se me vienen a la mente ideas de formalidad, disciplina, pulcritud y ternos bien planchados (quizá con goma, como los solía lavar mi abuelita) “Hay 99 por ciento de disciplina y 1 por ciento de inspiración”, la frase, dicha alguna vez por un estadounidense revolucionado, le quedaría perfecta. Es cierto, Mario hizo de la escritura algo más que un pasatiempo, le dio el grado de profesión: todos esos escritores vagos, indisciplinados, bebedor acérrimos, potenciales suicidas y canallas quedan atrás (Henry Miler, Kerouac, por mencionar dos de los miles)
Cuenta Carlos Barral (su primer editor), que puso a prueba el estoicismo del escribidor. Estoicismo que ahora es leyenda. Hizo, muy socarrón, que desfilara una mujer desnuda por su habitación. Y Marito siguió tecleando duro su Remington de Luxe, indiferente a sus encantos. ¿Será que sin tías y sin primas Mario sería un feliz solterón? Hay, al menos, dos mujeres y un camino. Ese camino a Itaca que es la vida.

18 años y un perfecto bigotito, hacen del mejor pupilo de Porras Barrenechea, un muchacho guapo, simpático, gran conversador y entregado intensamente a sus sueños. “Sartrecillo valiente”, según sus dos grandes amigos Luis Loayza y Abelardo Oquendo, porque es un lector incansable de los existencialistas franceses (Malraux, Sartre y Camus, especialmente) Infiltrado, a demás, en las células del grupo marxista CAHUIDE. No muy atrás sonríe su bohemia, cuando trabaja en el diario LA CRONICA y se amanecía en chinganas, absorto por los relatos de los periodistas, alucinándose en un café parisino, leyendo por primera vez las enredaderas de Joyce. Esos tiempos de putas y botellas nunca volverán. Ahora, según sus filiaciones políticas, las putas y el alcohol son resultados de la lucha de clases. “La primera vez que la vi no me llamó la atención, a penas la salude y me fui a leer… fueron los eventuales encuentros, las reuniones familiares donde pude conversar más con ella…” Y ella tiene vestido y un amor: Julia Urquidi, viuda sin lagrimas de luto, busca rehacer su vida en Lima, donde sus familiares.

-Que porquería se ha vuelto el amor entre los jóvenes hoy en día, Marito.

Claro que conoce a Ma-ri-to (así le dice, con el cariño maternal) su sobrino de
Cochabamba, el niño engreído de la familia Llosa. Ahora resulta que esta crecido, todo un hombre y quiere ser un escritor. Fíjate, ya hasta bigotitos tiene, que pícaro sobrinito, ya todo un hombrecito, ¿Cuando me llevas al cine sobrino? Mario no sólo la llevó al cine, sino a Chincha, fugándose de la familia y la irá de su padre. “Ya tienes bigotitos Marito eres todo un hombre” “Si tía, no me hagas roche, pues y firma el acta del matrimonio” “si hijito cómo no” Y se casaron en un pueblito que no figura en ningún mapa.
¡Con los hipopótamos no te metas! Es un animal lindo, delicado, y un ejemplo para el ser humano. No hace daño a nadie. Tiene una piel suave, una garganta chiquita y sólo ingiere libélulas y pequeños insectos. Su pasión es revolcarse en el barro, estar en las charcas y hacer todo el tiempo el amor con la hipopótama. ¿No es de admirar? Los adoro. Claro, Marito entrego su amor a Julia como los hipopótamos suciamente se aman.

Julia Urquidi, sonriendo de tristeza (o para no llorar) recuerda a su querido Varguitas. Y su recuerdo se materializo en “Lo que no dijo Varguitas”, respuesta a la novela “La tía Julia y el escribidor”.
Y una mujer que amo no podrá olvidar, porque, “es tan corto el amor sin olvido” (citando mal a Neruda) y porque usted es la (el) culpable de todos mis pesares. “Mario me enseño cosas del hombre que nunca pensé conocer”, afirma la doña y luego, muy seria, “mis otros matrimonios fueron un fracaso, en todos los hombres que ame sólo buscaba a Mario”
Gracias a una beca, Mario y su tía –los esposos- se fueron al otro lado del charco: de paso por España y finalmente Francia. Paris, La ciudad luz, el gran mar donde todos los grandes escritores, de esa época, tenían que bañarse. Casi por obligación, Julia alentó sus primeros escritos. Cosa que Mario, obediente, cumplió. En Lo que no dijo Varguitas, hay cartas, donde el escritor reniega de las dificultades de escribir (¿acaso como las famosas cartas de Flaubert?) Julia, amorosa, siguió a su lado. Ella era infértil y nunca le pudo dar un hijo. Por esos meses, alojaron al poeta Javier Heraud, hicieron amistad con Julio Cortázar (eterno solitario, jazzista y altísimo seño) y Carlos Fuentes (mexicano hijo de la chingadera) Pero, como diría el salsero, todo tiene su final, nada dura para siempre…lástima porque ellos se quería mucho y habían sido tan felices.
Bueno, en rigor fueron medianamente felices ¿hay maneras de medir la felicidad? “La felicidad completa sólo la sienten los estúpidos” en palabras de Mario. Pero sé que algún retazo de jubiló tuvo cuando se reencontró con Patricia, su prima hermana. Permanecería unos días para terminar sus estudios del francés. Y esos días se volverían meses y acabose la relación con Julia –tras intentos de suicidio, problemas, una muerte y escándalos en la familia- Patricia era Piura. Y Piura eran el mejor año donde vivió Varguitas ( según “El pez en el agua”), cuando le escribía poemitas a la niña Patricia y trabajaba en un diario y estudia poco pero leía mucho y organizo una huelga –inspiración eventual de los Jefes- y conoció “La casa verde” –un puterío donde la gente cenaba, bailaba y hacia todos menos tirar- y montó su obra teatral La huida del Inca y fue feliz. Patricia, el sol de Piura calando en sus entrañas, reconstruyendo esos retazos de felicidad: sus ojos, su color, su piel alba. El amor. O mejor dicho: “Mi mujer me conoce mejor que yo mismo, por tanto no sé si le debo parecer hermético. Aunque si lo dice, por algo será”

-Patricia, acaban de llamar- dijo Mario, colgando el teléfono, desde un cuarto en EE.UU.- dicen que gane el Nóbel… voy a llamar a los muchachos.
Los muchachos son sus hijos Morgana, Álvaro y el nefelibata.
Patricia, la mujer que cuidaba a sus hijos, mientras pasaban penurias en un cuartucho ingles, donde ratas del tamaño de ardillas desfilaban por los roperos , no sabe que responder. Incrédula, le dice:
-Hay que esperar Mario.
-Si pues –enérgico, meditabundo, Mario responde- puede ser un engaño, ¿recuerdas lo que le paso a Moravia?
A Moravia le jugaron sucio: lo llamaron y le dijeron que había ganado el Nóbel.
-Voy a prender la televisión.
-Vamos.
Y salen. Por las cartografías de….
Julia murió esté año en Bolivia, a los 84 años.
Gabriel García Márquez publico “Memorias de mis putas tristes” y vendió como cancha.
Cortazar y Heraud murieron hace años. Fuentes ahora solo vende libros en México.
Morgana es fotógrafa. Álvaro, periodista. El nefelibata, trabaja para la ONU. Mario Vargas Llosa ganó el premio Nóbel del 2010. Fujimori (ex presidente) se pudre –ya que tiene cáncer en la boca- en una cárcel de Lima: se lo acusa de corrupción y maltrato a los derechos humanos. Su hija se lanzará para la presidencia. Y, yo me pregunto: ¿en qué momento se jodio el Perú?




“No me gusta el escritor que observa en el balcón y no hace nada.
Debe entrar en la candela”

sábado, octubre 30, 2010

MI NOVELA FAVORITA

Hay novelas que nacen de una idea brillante, otras más humildes perfumadas con los anhelos de una juventud impetuosa irresoluta y mas fuerte todavía que un abrazo en navidad. Pero las hay también esenciales , magnas, de esas que no terminan enrostrándole al lector la inmisericordiosa palabra fin, sino que se perpetuán con el día día, en la calle, en los salones de baile donde se trazan lazos indestructibles y conviven todos los pasos que hay que aprender en la vida para andar derechos, y hacer de los tropiezos fiestas expectantes. Están ahí miren bien, en las pupilas de una muchacha enamorada de la vida o de un muchacho que como ella también ama la vida, esa que queda al otro lado de la calle y no se busca.-ojo- se encuentra- en el parque, en un café cuando uno crece y dice: tengo 15 años soy un hombre. El jardín de al lado de José donoso nace junto con él un día de setiembre (sí setiembre emociónense los virgo) Una historia total donde el tema principal no es precisamente el exilio. La trama verdadera discurre escondida en una convulsión política, y la mano reacia de una dictadura. Allí latente, ensordecedora crece y se extiende cual cáncer una sensación perpetua esa que hiere hasta el lomo más fiero como dijo el ilustre cesitar: estar en todos lados y no pertenecer a ninguna parte y tener que estar siempre como dice mi abuelo (también ilustre) “como pal tiempo”. Así crece este animal que se alimenta de miedos frustraciones y sueños no resueltos, que a modo de vaivén, rebotan en los muros que contornan la ciudad.. Julio y gloria dos chilenos de toda la tierra porque los hombre no le pertenecemos a una sola generación ni aun pedazo de suelo al que llamamos país, sino al universo entero a todas las edades pasadas y venideras. Desde la mirada de estos personajes desterrados la ironía de la vida y la soledad se besan muerden juntas el polvo hacen el amor en un hotel cualquiera sobre una vieja cama de sábanas raídas bajo el cielo de una ciudad inventada donde lo único que existe es el deseo constante de no ser nunca los mismos sino una mezcla de sangre y pasión, un puñado de flores de un jardín que crece a cada instante como la lluvia frente a nuestros ojos…
Roberto Bermudez

Marito Vargas Llosa 2


"Querido Mario, hoy salió el sol, hoy no se jodió el Perú gracias a ti"

"Pero allá en París, Café Danton, Carrefour de l'Odeon, un día yo caminaba y eran las 7pm y ahí estabas muy sentado con Mario Benedetti. Tu voz, “amigo Bryce”, me jaló cuando, perdedizo, yo me estaba yendo de frente. Ya existía ese libro de libros que es La ciudad y los perros, o sea, que mejor seguirse de frente. Otro “amigo Bryce”, me hizo desandar la huida y volver al Café. Sabías, sabe Dios cómo, que yo quería ser escritor y me sentaste a tu lado y me llenaste de literatura y vida y cuando finalmente logré escaparme de tanta seriedad ya tenía contigo el compromiso de mostraste mi primer manuscrito"

(de la página: http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/27982/Amanecio_con_sol_en_esta_Lima_tan_suya)

Marito Vargas Llosa 1


"De una manera u otra, todos los lectores y escritores de las nuevas generaciones tenemos una deuda con Vargas Llosa. Todos recordamos ese momento epifánico en que lo leímos por primera vez. Por eso, porque gracias a él no volvimos a ser los mismos, celebramos su triunfo como el nuestro"
Edmundo Paz Soldan

(http://www.elboomeran.com/blog/117/rio-fugitivo-blog-de-edmundo-paz-soldan/)

jueves, octubre 28, 2010

bolaño salvaje




El siguiente Link es de un vídeo sobre la vida de Roberto Bolaño. Dura masomenos una hora, pero vale la pena. Hay invitados de lujo: nuestro premio nobel, Vargas Llosa y el mexicano Juan Villorio. A demás, imagenes, entrevistas, comentarios... en fin, imperdible! "Si he de vivir será sin timón y en el delirio", según Mario Santigo. Lo único que faltaría en este homenaje, sería ahondar por su vida en Mexico, sus afinidades con los horazerianos y la eventual movida de los infras... En fi, algo que no se deben perder.



http://www.rtve.es/television/20101022/roberto-bolano-ultimo-maldito/363488.shtml



AHH, sí, y esté otro blog, donde hay un relato sobre los días de Bolaño en Chile, de un tal Rodrigo Rojas Terán... Aquí un fragmento para picarles el diente:

"Me acerque a intercambiar unas palabras con él. Le dije Don Roberto, me dijo, eh muchacho sácame el Don, que parecemos de la misma edad, soltó una sonrisa irónica, y me estrechó la mano, le dije si yo apenas tengo 20 años, me dijo es una buena edad para suicidarse, lo malo que suicidarse a los 20 años es una mierda y el espíritu queda como para irse por los desagues. Y soltó una carcajada más fuerte, y yo también. Le pregunté si los versos esos de Mario Santiago, retrataron su vida completamente..."
(del blog http://escritoresprovincianos.blogspot.com/2009/10/si-he-de-vivir-que-sea-sin-timon-y-en.html)

miércoles, octubre 27, 2010

Las oraciones finales



El último boletín de la revista virtual argentina -LIBROS EN RED- trae una divertidisíma y negra recopilación de las oraciones finales de algunos personajes célebres. Ahí la nota:


Dicen que la última palabra de Juan Pablo II fue "amén". Que las de Jesús (según Lucas): "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". La línea final de Julio César, al parecer, sonó como melancólico reproche: "¿Tú también, Bruto?". El enigmático nombre que el protagonista de El ciudadano menciona antes de morir —pero al comienzo del film— dispara todo el desarrollo de la trama, todo el recorrido de su vida. "Rosebud", añoraba, "Rosebud". Es que las últimas palabras de una persona parecen ofrecer la clave para comprender su destino. Les damos la importancia de una revelación o de un mensaje. Y, a la vez, nos hablan de secretos que no sabremos nunca del todo. Por ese interés que despiertan, recopilamos algunas palabras finales de hombres que, de un modo u otro, han tenido que ver con la escritura. Algunas evidencian desesperanza; otras, anhelos; algunas más, inquietud o preocupación por lo que ha quedado pendiente hacer. Se las presentamos, con su debida contextualización, para que nos diga cuál de todas (por empatía, porque le resulta ingeniosa, porque le causa gracia o, por el contrario, compasión) le gusta más a usted: · "Si ves al futuro, dile que no venga" dijo Juan José Castelli, revelando una gran desconfianza hacia el porvenir. Castelli había sido el orador de la independencia argentina y murió cuando aún la nueva patria no estaba asegurada. La enfermedad que se lo llevó fue, paradójicamente, cáncer de lengua. · "Beatriz, Beatriz", dicen que suspiró Dante. Su amante Beatriz ya había muerto, pero él la había inmortalizado en su Divina comedia al darle el papel de guía del Paraíso. · "Critón, le debemos un gallo a Esculapio; ¿te acordarás de pagar la deuda?". Ni en la hora de la muerte, Sócrates, según documenta Platón, puede desentenderse de sus deberes morales. · "¿En serio nadie la entiende?", preguntó angustiado el escritor irlandés James Joyce, inquieto porque la crítica calificó su novela Finnegans Wake de "incomprensible". · "Ocho horas con fiebre, ¡me habría dado tiempo a escribir un libro!", se lamentó, por su parte, Honoré de Balzac. · "¡Champán!" exclamó —¿o deseó?—, simplemente, Antón Chéjov.

lunes, octubre 25, 2010

CONVOCATORIA RUMBO A TAJO Nº2

Al ritmo de la selección peruana de voley, nos reunimos otra vez para recibir los textos (Poemas, cuentos, ensayos, crónicas, artículos, etc) para la próxima edición de TAJO. Sí, TAJO 2 ya viene, caliente como: los churros rellenos de manjar (citando a Miguel).

Los textos deben ser: ni muy grandes, ni muy pequeños.

Con el tipo y tamaño de letra que deseen.
Se aceptan sobornos de todo tipo. (Broma)
La convocatoria se cierra el Lunes 1 de Noviembre. Como fecha cabalística. Los muertos también necesitan leer.

Atte.
El consejo de agremiados TAJO
FANS y otras especies.


PDTA: Un tombo cogió infragantis a unos disque miembros distinguidos del grupo intelectual TAJO, robando unos libros por Amazonas. Nos enviaron la foto.



viernes, octubre 22, 2010

Fragmento de Poesía Integral (Juan Ramirez Ruiz)

7.-Para editar una revista
Júntense varios amigos, conozcan bien a dos o tres
entréguense confianza, asuman un papel de vanguardia, recuerden
que toda idea, todo esquema es un medio, nunca un objetivo;
manden a la mierda todo fin personalista,
escupan a todo deseo de notoriedad,
apunten bien y disparen.



Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, 1946), fundador del Movimiento Hora Zero, tiene publicados, con Jorge Pimentel: Un par de vueltas por la realidad (1971), Vida perpetua (1978) y Las armas molidas (1997); es uno de los más conspicuos escritores de la Generación del 70.

viernes, octubre 08, 2010

SALUD! NOBEL PERUANO


Las palabras, ahora, se ahogan en el licor de anoche. Por esto sólo Arengaremos:
NOBEL 2010 MARIO VARGAS LLOSA. !CARAJO!
Tus hijos pródigos de TAJO, sencillamente, TE AMAMOS.

sábado, octubre 02, 2010

IMPERFICCIONES DE BORGES (por Omar Livano)

Sobre Borges se puede escribir mucho. ¿Borges podrá escribir algo sobre nosotros? “Ficciones”, que (desde el inicio lo diré, para no generar dudas) es una de esas ofrendas sacrosantas, como diría el erudito “Botija” (que seguro también lo leyó), de la literatura Universal, sideral, interestelar, y del más allá. “Georgie” ¿Qué pretendías con Ficciones?, No se puede negar el nivel mágico, sugestivo, intelectual, ingenioso, que posee este libro. Repito. ¿Borges, podrás escribir algo sobre nosotros?
Se puede justificar la distancia con la vida común, cruda y negra de esa época, si es necesario (porque las obras de arte se justifican a sí mismas), si nos imaginamos a un Borges sepultado entre: anaqueles –llenos- d
e enciclopedias, manuscritos del renacimiento y tomos completos de la Editorial

Aguilar, todo ello en una amplia biblioteca, como la que años después dirigiría. Su ceguera, que nunca fue obstáculo contra su genialidad, no fue lo único que lo alejó de la realidad, sino también esa vida de encierro placentero en líneas de Dickens, Wilde, Schopenhauer, Chesterton, y sobre todo la sobreprotección
de su madre.
Es en “Ficciones”, donde la complejidad de la lectura, no da espacio al lector para buscar similitud con algún personaje. Seguro no muchos quisieron ser Funes, Pierre Menard, el mago de las ruinas circulares, TS’UI PEN, Kilpatrick, Jaromir Hladik, etc. (En lo personal hubiera deseado ser Herbert Quain). Conectémonos con la realidad por un momento, para sentenciar: EL MUNDO BORGIANO NO ES EL NUESTRO. ¡SIN DUDA!

Borges en su etapa pseudoregionalista, logro acercarnos a una escritura que argumentaba el día a día de los Gauchos, que algo de parecido tenía a “nuestra vida”.
En “Ficciones”, en cambio, esta prontitud a lo común (que hace más sencillas las lecturas) se deja envolver por un manto sagrado, que en cada relato nos envuelve como humitas, nos pone a punto de cocción y en las últimas líneas deja al descubierto nuestras mentes, para simplemente fulminarnos con su ingenio.
Siempre he sido partícipe y defensor de la escritura sencilla. “Ficciones”, que me llevó a consultar el diccionario en unas 100 ocasiones (si es que no fueron más), se ha rebelado contra mis 15 años de lector, que en peso neto serian unos 5 años (gracias a los otros vicios de la vida). Mi vocabulario se vio reducido, no sólo por las palabras rebuscadas que usa “Georgie”, también por esa mezcla con otros idiomas. Dudo mucho que mi primo, Martin Farfán, acostumbrado al TROME, quiera culminar la lectura de al menos uno de estos relatos, desconociendo, sin duda, la fantástica bala que Borges le tiene guardada para el final.
Preparando al lector curtido, al no curtido, al cortado, al recortado y al Tajado; que se atreva a instalarse en este laberinto (para variar), que representa un verdadero reto de imaginación y conocimientos, recomiendo: Una enciclopedia, un buen lugar iluminado, muchos saberes previos, el doble de paciencia, nada de café o cigarros (distraen) y algo de música ligera. Nada es sencillo, así que la mente fresca y sin problemas.

Laura Bozzo: Que pase, ¡Ficciones!

domingo, septiembre 26, 2010

TAJO (Informe especial de ultimo minuto)


Aunque ya nadie crea en la fuerza del papel y se piense más bien que las computadoras ganaron la batalla, el primer ejemplar de la revista Tajo mordió la Villarreal. Sí, como se lee, mordió literalmente la sede de Colmena, con muchos ejemplares vendidos en las últimas horas del viernes pasado.
Los jóvenes poetas Roberto Bermudéz y Omar Livano, leyeron en los salones, desatando la euforia de las muchachas de inicial y todo el apoyo del grupo homosexual “CAE” (chicos alegres y estudiosos)
Según palabras del decano de la facultad de educación, Jorge Ramos, la revista Tajo “
Trae la frescura de la juventud con los compromisos más rabiosos de la vida…yo, por mi parte, ya compre diez ejemplares que repartiré ipso facto a mis asesores”
Ipso facto don Jorge Ramos, asediado por los periodistas después de sus crímenes en el examen de admisión, volvió a su cotidiana clandestinidad en los baños rotos de la universidad ¿Habrá llevado papel higienico?. (Me informan que a los profesores les triplico el valor de la revista)
Pintoresca fue la reacción de los cachimbos de lengua y literatura. En palabras de Joey Sánchez, alumna de 19 años y poeta en ciernes, “
fue sublime enterarnos de la iniciativa de estos compañeros. Por mi parte, creo que el más lucido fue un muchachito de pelo frondoso y ojos medio chinos, creo que se llama Juan o ¿era Julio?…”
En el patio central, concurrente y generoso, muchos alumnos y alumnas leyeron animadamente la revista. Atina, estudiante de educación y colaboradora de Tajo, ayudo en la venta y explicación de algunas imágenes de la revista.
“Hay una foto de Don Ramón”, nos cuenta entre risas, “Tuve que inventar un rollo para poder explicar la foto” Los profesores, en el cafetín de la universidad, departieron eufóricos de la urgencia de una revista integral. Mientras que el eterno rebelde, Miguel Cabanillas, poeta romántico y estudiante de educación, se animó a mandar sus poemas a la revista. “Putamare, yo los conozco son mis amigos” Renzo Quiróz, caricaturista estrella de la revista, prometió mejorar sus colaboraciones y se lloró y amó mucho sus palabras. “Ya sabe señorita, ellos sin saben” Eduardo Borjas, poeta andante, se aseguro unos ejemplares “La primera edición era muy poetas de Asfalto, yo le decía a Julio que cambiaran la portada pero no me hizo caso. Ahora sí esta paja, Omar se paso” El grupo marxista leninista maoísta post muro de berlín, Jijaktu, aprobó la revista “Evidentemente, es la respuesta de la lucha de clases, el reflejo de los problemas de la superestructura e hijo del post modernismo”
Al final día, vendidas los 80 primeros ejemplares, amigos y colaboradores fueron a celebrar la primera edición a una discoteca lumpen de la avenida 2 de Mayo. Corre el rumor de que uno de los integrantes, hastiado del barullo y el olor a marihuana del local, se escapó de la fiesta. Luego, tras buscarlo en el baño y bajo los camiones de basura, lo hallaron embrutecido por el alcohol barato, en una cantina de Quilca. Alzó alto el vaso de cerveza y, por encima del humo azul de un pucho, “que vida la fiesta, salud”
Plinio Gutiérrez, narrador y estudiante de filosofía nos adelanto una feliz noticia
“Es muy probable de que la revista salga en el Dominical y… amiga…
¿Me dejas tomarte una foto, please nena?” Como sabrá mi fiel lector, Dominga de Julio no se deja fotografías así nomás, pero la asistencia de Plinio Guitierrez hizo milagros….

martes, septiembre 21, 2010

SE VIENE TAJO!

Proximamenteeeee...
En tu Kiosko favorito:


lunes, septiembre 20, 2010

Texto para Tajadores (por Roberto Bermudez)


Regresábamos. Los pasos de la noche enderezan de alguna manera el camino matinal. Desayuno rancio, semáforos en las esquinas. Tú en tu casa, aun, yo en la mía, viendo a mi madre darle forma al porvenir de la familia. Nos ponemos la mochila a la espalda y cerrando quizás a la misma hora la puerta, le hacemos adiós con un suspiro a nuestro mundo. Luego cruzábamos la avenida respectiva y entonces, el camino comienza a vislumbrar su semblante, se le ha caído por completo el velo: Brilla el sol, anunciando la mañana, personas y más personas ataviadas ¡Cuanta prisa hay en la calle! –decías-. Seguimos el camino que conduce irremediablemente a la universidad, envueltos todavía en una especie de ensoñación perfecta, tomada desde un lugar muy lejano y sublime, ni siquiera el ruido de los automóviles, el vaho y la inmisericordia en que se tiñe lima de noche, nos era desfavorable. ¡Cuánta prisa!, -decíamos-.

Éramos como dos cuervos agazapados a las horas, mirando de reojo su pálido momento, ¡Que sabor!, deduciéndolo todo, dejándonos sorprender si llovía y corriendo a meternos a la tienda de la china; si el sol era muy fuerte: una cerveza doña. ¿Te acuerdas? En esas andábamos riéndonos de todo: somos tan risueños… nunca dramáticos. Claro ¿Cómo no serlo? Había caído la noche y a pesar de no merecerlo vivíamos y claro vivíamos en toda la palabra.

sábado, septiembre 18, 2010

Tarantino y la Ternura (por Luzbelito)


Es la mama leona y su cría, al fin solas, al fin juntas 8 años después y de repente la música de chingon cantando la malagueña, la pequeña viendo en la televisión un dibujo animado, y la mama leona llorando en el piso del baño, encerrada para no permitir que sus lagrimas y su dolor pueda ser vista en esos ojos tiernos de esta niña, su niña de 8 años.
Hablemos de cine en esta oportunidad, para ser más precisos de Tarantino.
Películas tiernas de Tarantino: se podría creer que Pulp fiction es una película enteramente de acción con más de 1000 balazos disparados por todas las escenas. Pero ese amor tierno de protección que nace entre John Travolta y Uma Truhman, ese baile que te llena de ganas de moverte y bailar aunque hagas el ridículo haciéndolo, o esa idea que suelta Uma al referirse al silencio embarazoso que sucede cuando 2 personas no se conocen. Para que luego se convierta en algo especial, que solo se siente cuando estas personas se conocen tanto.
Traten de acordarse de la ternura que te atrapa, cuando escuchas esa colección de todos los sound-track de cada una de las películas creadas por Quentin Tarantino recordemos a “Urami Bushi” de Meiko Kaji en kill Bill. O cuando Uma Truhman prende el equipo de cinta magnetofónica y te trae esa canción de un hombre enamorado en Pulp fiction. “Good nigth moon” de shivare en Kill Bill. O ese viaje alucinógeno que se meten esos 2 novios escuchando “Swet Child” de Junkies cowboys de Natural Born Killers, el “Down in México” de The cousters, en Death proof, solo por mencionar algunas.
Sabemos siempre que la ternura va acompañada de esa sensualidad que sabe definir de un modo sutil Tarantino unos pies desnudos como los de Uma en Kill Bill, o esa manera especial de Jakie Brown, de dar un beso en la mejilla, a este desafortunado en el amor, que es su fiador, que solo vive por el amor de ella, y que da todo lo que tiene por ella. Pero en ese beso, solo en ese beso podemos ver esa ternura, llena de gratitud, llena de ese “espérame un poquito más por favor”, ese no temas “te amo” pero no quiero decírtelo.
Es decir Tarantino es un loco que ama, que ama con pistolas, con metralletas, vehículos a toda velocidad en carreteras sangrientas, ama con espadas, en manos de mujeres bellas, en ese amor multirracial de esa judía francesa pirómana, con ese negro africano que le ayuda a matar a Hitler en ese cine francés de la resistencia.
El amor es ternura. La ternura se respira en cada película de Tarantino aunque allá tanta acción o violencia, solo como una característica más de ese modo de ser, que es la vida.
Ahora si pensamos, que características tiernas existen en las películas actuales, terminaremos remontándonos a todo ese cumulo de buenas películas no comerciales.
Decir que es tierna la película de “Todo sobre mi madre” de Almodóvar, sería poco, pero también sabemos que existe tanta tragedia en esa película que nos llena de bronca y tristeza.
Ver a Leonardo de Caprio como el nuevo Rimbaud amando con locura a Paul Verline, en “Eclipse de una pasión” nos invita a entender que la ternura va de la mano de la pasión.
Ver a esos 3 niños guareciéndose de la lluvia y compartiendo sus miserias y el techo contra la lluvia, para que después; uno de ellos termine de sicario de un mafioso, la niña de prostituta, y el ultimo, de torturado en la cárcel de la policía, amando aun a ese niña que ahora es prostituta y que de repente… la ternura nos invada convirtiendo a este torturado en el ganador de “Quien quiere ser millonario” el sicario mate a su jefe mafioso, la prostituta logre escapar y encontrarse con ese niño que ya no es niño, ya no es el torturado, es el nuevo millonario. Y que en un arranque de locura todos bailen esa dulce canción hindú en la estación de trenes de Bombay.
Entonces que es la nueva ternura en las películas de ahora. La ternura tiene que ir con la tragedia de la mano, tiene que ir con pasión como amante, tiene que contener miseria, asesinatos, corrupción y locura.
Esa es la ternura actual, es una ternura real con piel, hueso, uñas, y dientes

“te amo mucho mi conejita” dice él “te amo mi conejito responde ella” de repente ella se sube a la mesa y con una pistola calibre 38 apunta a todos los comensales del restorán gritando “¡Que nadie carajo se mueva! O ¡los matare en este mismo puto instante!” aunque violenta, solo ese dialogo de decirse conejito o conejita te llena de ternura desde un principio la primera escena de la película Pulp fiction
“Aunque, no me creas Kido y creas que soy un sádico esta es la parte más masoquista en mi vida te amo mucho”- Bill le dice esto a Kido la mujer que más amo en su vida apuntándole con una pistola en la cabeza. Para dispararle después… siendo las últimas palabras de ella mientras el balazo suena en el cine “¡Bill es tu bebe!”. Sus ojos verdes (lo único que tiene color en toda pantalla) de esa escena en blanco y negro se transforma en oscuridad total que te deslumbra, Pregunto ahora ¿acaso Bill no es tierno de decirle te amo antes de que ella muera? Primera escena de Kill Bill 2
Y volvemos a la primera escena, que hice referencia en este pequeño artículo, cuando Kido, nuestra fabulosa UmaTruhman llora de logros, llora de triunfo, llora de felicidad, es nuestra Leona tierna con su cría, cerca a ella, con un Bill muerto, junto a todos sus secuaces.
Solo queda ella como Leona de esa jungla con todo ese amor guardado para su hija. Y con ese, inconmensurable cariño de Bill, de dejarle vivir para que cumpla tremenda venganza, aunque esa venganza también lo mate a Él.
Bill la amo tanto que solo esta leona se da cuenta de ello, cuando lo logra, cuando lo mata, cuando decide seguir amándolo con ese “además y todavía”… aunque sepa que la muerte está a la vuelta de la esquina.
Tarantino ama sus películas, las ama con tragedia, pasión, violencia es decir con TERNURA.

jueves, septiembre 16, 2010

Confesiones No Literales (por Omar Livano)

Con una botella semillena, semivacía. Escucho una canción de Daniel F a la 1:00 am. Asomándome a la puerta cada 5 minutos, para ver si estás ahí parada con tu chompa negra, con el collar y la “S”, con el reloj de mi madre, & esa sonrisa cómplice con la cara hacia arriba & los ojos cerrados.
Sin recuerdos atormentándote, tocando & esperando un abrazo mío. Sólo mío.
La luna, nuestra luna, también espera verte entrar de verde, con tu cerquillo y tu mirada posada en mí. & seguro he de salir 10 veces, 50 veces, tal vez 100 ó 500 & 2 más porsiacaso, y te veré?

Brillando, jugando, con tus caricias aguardándome. Porque ahora la luna te debe estar diciendo como me siento. Embarrado, no llorando, solo sufriendo. Pienso entonces en que tú debes estar igual o peor?... Mis piernas tiemblan por correr & arrojarme desde la panamericana hasta tu regazo, para dormir juntos. Juntitos.

Sí llego, rápido, cruzo el rio, la oscuridad, los choros de PRO, a trote por la carretera, el frio, unos serenos, un agujero negro, cruzo el portón y ahora soy yo quien te espera en la puerta. – TE AMO!. & me regreso a casa.
Pero esto fue irreal.

Porque ahora yo estoy sentado, escribiendo, escribiéndote para ser más exacto. Extrañándote para ser aun más preciso. Fantaseando: Una casa en Breña o Barranco, ingresos mensuales, para trago, libros, viajes, anticuchos, & lo que haga falta para que un niño (y 2 gatos) crezcan contentos. Una familia.

Donde nada es difícil, ni siquiera tú. Recuerdo muchas cosas todas bonitas & necesarias. Recuerdo que tú me debes estar recordando. Recuerdo a Martha y a Panchita que ahora deben estar llorando de impotencia, ya que algo deben querer hacer. Teletransportarte a mi lado, hacer que la capucha se transforme en mi o Simplemente Retroceder el tiempo.

Mira la Cerveza se termino, la canción de la Travesía ya se canso de ser repetida. “Y ellas rodean la casa, y no quiero dejarte aquí sola en esta hora incierta”. & yo sigo corriendo a la puerta. – Te estaba esperando.
Entonces tengo tu cabeza en mi pecho. OTRA VEZ.
Nada paso. – Nos Amamos?
- Si mucho.
Se detuvo el tiempo, la luna nos ilumino, y ahora corremos unidos por Nosotros, de la mano, con el corazón a mil por hora, JUNTOS, persiguiendo un sueño, la felicidad.

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En eso tocaste a mi puerta.