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sábado, octubre 30, 2010

MI NOVELA FAVORITA

Hay novelas que nacen de una idea brillante, otras más humildes perfumadas con los anhelos de una juventud impetuosa irresoluta y mas fuerte todavía que un abrazo en navidad. Pero las hay también esenciales , magnas, de esas que no terminan enrostrándole al lector la inmisericordiosa palabra fin, sino que se perpetuán con el día día, en la calle, en los salones de baile donde se trazan lazos indestructibles y conviven todos los pasos que hay que aprender en la vida para andar derechos, y hacer de los tropiezos fiestas expectantes. Están ahí miren bien, en las pupilas de una muchacha enamorada de la vida o de un muchacho que como ella también ama la vida, esa que queda al otro lado de la calle y no se busca.-ojo- se encuentra- en el parque, en un café cuando uno crece y dice: tengo 15 años soy un hombre. El jardín de al lado de José donoso nace junto con él un día de setiembre (sí setiembre emociónense los virgo) Una historia total donde el tema principal no es precisamente el exilio. La trama verdadera discurre escondida en una convulsión política, y la mano reacia de una dictadura. Allí latente, ensordecedora crece y se extiende cual cáncer una sensación perpetua esa que hiere hasta el lomo más fiero como dijo el ilustre cesitar: estar en todos lados y no pertenecer a ninguna parte y tener que estar siempre como dice mi abuelo (también ilustre) “como pal tiempo”. Así crece este animal que se alimenta de miedos frustraciones y sueños no resueltos, que a modo de vaivén, rebotan en los muros que contornan la ciudad.. Julio y gloria dos chilenos de toda la tierra porque los hombre no le pertenecemos a una sola generación ni aun pedazo de suelo al que llamamos país, sino al universo entero a todas las edades pasadas y venideras. Desde la mirada de estos personajes desterrados la ironía de la vida y la soledad se besan muerden juntas el polvo hacen el amor en un hotel cualquiera sobre una vieja cama de sábanas raídas bajo el cielo de una ciudad inventada donde lo único que existe es el deseo constante de no ser nunca los mismos sino una mezcla de sangre y pasión, un puñado de flores de un jardín que crece a cada instante como la lluvia frente a nuestros ojos…
Roberto Bermudez

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