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domingo, febrero 05, 2012

Las casitas de Connecticut

Perdón por la demora pero aquí les escribo un pequeño comentario de las casas bonitas de Connecticut 

Las casitas de Connecticut

Mi hermano maneja a 60 millas por hora en una pista angosta. Los baches, los huecos y hombres trabajando no detienen el movimiento fluido del vehículo, pues aquí no existe eso. El hermoso sol resplandece en el oriente y un fresco aire despeina mis cabellos (este es un cliché y no me importa porque suena muy bien) . Parece que la primavera ya está cerca, pero aún es febrero y, como todos sabemos, en el hemisferio norte la primavera empieza recién en abril. Es posible que mañana nieva y que el invierno me quite la poca alegría que tengo. Pero hoy día estoy optimista y me propongo disfrutar el paisaje. 

Las casas se suceden. Cada una es grande, bonita y original. Todas están rodeadas por grandes espacios de pasto y césped.  Cada una es un pequeño castillo donde el Señor duerme tranquilo y mira sus dominios: sus dos carros carísimos, su piscina, su trampolín. Es sábado y por eso los siervos descansan en sus pequeños y acogedores hogares. Ya el lunes vendrá y tendrán que limpiar la piscina, cortar el césped, cuidar los niños. El gran señor frunce sus cejas, "es posible que uno de ellos no hable español." !Qué fastidio! El pobre señor tendrá que repasar su poco español. 

A pesar de mí burla, no niego que me gustaría vivir en una de esas castillos artificiales. Claro que no vivo en un ciudad peligrosa como New Haven, Hartford o Bridgport. New Milford es un pueblo de clase media donde es relativamente barato vivir y además es tranquilo. Nunca pasa nada. Me cuesta aceptar que me alegro de vivir en este pueblito tan pequeño y 'acogedor' pero la mayor parte la paso confinado en mi cuarto, leyendo bajo la luz de una lámpara vieja. No tengo amigos, no los quiero visitar y mejor así. Un escritor serio debe aprender a convivir con la soledad, aun si esta te enloquece. Bueno, como iba diciendo, me gustaría vivir en una casa grande y confortable. Come on, la vista es buena--mayormente arboles y montes-- pero pienso que este no es mi sueño, sino una reacción media envidiosa. 

Vivir en esta parte del estado ciertamente es placentero, pero la nostalgia de la bulla, del desorden me ataca. En fin, ya me acostumbraré a esta soledad. 

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