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jueves, enero 26, 2012

Estafas laborales





Era lunes y había postulado a más  de 5 trabajos por internet. Ahora sólo tenía que esperar a que me llamasen. Si el destino lo quería, podría estar trabajando la próxima semana. Esperé un día y nada, el segundo... y apenas una llamada telefónica, pero era mi madre. Mis padres me seguían mirando con esa mirada que te dice, “trabaja, vago de mierda, que tienes 24 años y una carrera y sólo paras en la casa.” Claro, leer y escribir para ellos no es trabajar, eso sólo lo hacen los ociosos platudos. Me estaba desesperando. Pero en el tercer día, mientras corregía un cuento, sonó mi celular. Vi en la pantalla para saber quién era—uf, no era mi madre—y respondí. Una voz femenina preguntó por mí y en inglés.


—¿Este es Dennis?


—Sí, soy yo.


MuybuenastardessoyJenniferBlahblahblahllamoderecursoshumanasyquisierasabersiustedestáinteresadoeneltrabajoblahblahblahhemosquedadomuysorprendidosporsuresumeporfavorcuandopodemosentrevistar.


Me quedé turulato con la rapidez con que me había hablando la chica y a penas atiné a decir, aja, okei, yes, yeah, of course. Luego me preguntó, con la misma rapidez, si miércoles estaba disponible para una entrevista. Le dije que a las 5 estaría bien y ella me dijo, eso creí entender, que me iba a enviar un correo electrónico confirmándome la cita.


No voy a mentir que me emocioné.  A pesar de que sólo pude entender la mitad de sus oraciones, logré apuntar la información más importante, la fecha y la hora de la entrevista. Para cerciorarme, entré a mi correo electrónico. LV consultants me había mandado dos correos. Supuse que era la empresa que me había contactado.


“Después de revisar su currículum, estamos deseos de invitarlo para una entrevista laboral para nuestro departamento de marketing y ventas. Recursos humanos ha quedado impresionando con su currículum y está interesado en sentarnos para discutir con mayor profundidad la vacante para usted.”


Lo primero que me vino a la mente es que en ningún momento había aplicado a tal empresa. Que yo recuerde, sólo había aplicado a trabajos relacionados con el sector educativo y social. Nunca se me ocurrió vender en una consultoría. Decidí investigar. Disque la empresa era innovadora en atención al cliente, su revolucionario sistema personalizado garantizaba una relación con el cliente más profunda, que su estrategia one-to-one  costumer services era el nuevo método de ventas, que representaban a las 500 empresas Fortune, etc, etc, etc. El diseño de la página web, la forma como se presentaron, el servicio al cliente individualizado me hicieron sospechar y de repente recordé, aquel invierno del 2009, cuando aún estudiaba en WCSU y estaba desesperado por conseguir dinero. Sí, me acuerdo perfectamente.


Estaba en la pasillos solitarios de la universidad, sin ningún plan, sin ningún amigo, sin ninguna motivación para siquiera ir a la biblioteca. Merodeaba por las aulas cuando me acerqué al periódico mural y comencé a leer los avisos publicitarios. Ahí estaba, Vector-Cutco, una empresa joven e innovadora, busca jóvenes—disculpen la redundancia—que sean emprendedores y seguros de sí mismos para trabajar para nosotros tiempo medio y a 18 dólares la hora. (Para los que no saben, el sueldo mínimo en Connecticut es 8 dólares la hora) Arranqué el aviso y llamé a la empresa. Una voz muy sensual me contestó. Me preguntó mi nombre y al toque me reservó una entrevista para las 5 de la tarde. Emocionado salí de la universidad. No me importó el día lluvioso, el cielo gris, los arboles moribundos, la soledad de siempre.


Ni siquiera tuve tiempo de comer un aperitivo. Me bañé, me puse mi mejor ,y único, terno y bien perfumado, con mi resume en mi mano, escribí la dirección en el gps y me embarqué hacia mi nuevo trabajo.


La oficina estaba detrás de una galería comercial, casi a oscuras, sin una buena iluminación y sin ni siquiera el rotulo de la empresa. No había recepcionista. El piso no estaba alfombrado. Mesas rústicas adornaban pobremente la oficina de cemento. De las paredes blancas colgaban fotos de la empresa. Una gran espada samurai se pavoneaba en una mesita pequeña. En una banca larga 3 o 4 personas esperaban su turno. Una joven mulata salió de un cuarto y muy cortésmente me preguntó si yo era Dennis y yo le dije que sí y ella me pidió que tomará asiento. Los demás postulantes tenían una cara de desesperados, de derrotados, de fracasados irremediables. Noté que estaban nerviosos, al igual que yo y que nadie tenía el deseo de hablar. Claro, en este momento éramos enemigos luchando por un buen puesto de trabajo it´s evolution, baby.


De repente salió un joven blanco y alto, de pelo rubio y porte atlético. Tenía unos bellos ojos azules y su voz era seductora.


—Hola mi nombre es John Smith y he soy el encargado de las entrevistas. Lo que vamos a hacer, para agilizar el tiempo, es una entrevista grupal. Primero voy a explicar lo que hace la empresa y su visión así como su misión. Luego les haré una serie de preguntas para ver si han prestado atención. Muy bien comencemos.


El tipo habló que la empresa hacía los cuchillos de calidad pero a un precio módico. Que los cuchillos estaban hechos bajo los mayores estandares indutriales, que incluso eran superiores a los ofrecidos en las escuelas profesionales de cocina, pero sobre todo, que no se vendían en las tiendas, porque eso, eso aumentaría los costos. La empresa había encontrado la brillante solución de one-to-one costumer service. Pero no crean que van a tocar puerta por puerta. El método propuesto por la empresa es que van a tener a llamar a diez personas, les recomiendo que sean amigas o conocidas de sus mamás o tías o tíos. Luego, claro si somos realistas, supongan que sólo vendan a 4. Esta bien, esos cuatro luego les van a dar diez contactos más y así tendrían 40, pero de los cuarenta que vendan a 15, y entonces eso quince y así y así hasta llegar al billón de clientes y se podrán tomar unas lindas vacaciones en Puerto Rico, en Italia, En Francia. Porque la empresa incentiva mucho a sus trabajadores. Como ya les dije, esta es una empresa joven y su método es revolucionario.


Me quedé anonadado. ¡El tipo era un genio!¡Este sistema era infalible!


El fortachón, después de una pausa continuó. Verán el cliente debe tener un contacto directo con el producto y para eso ustedes necesitan de un set de cuchillos—el tipo fortachón sacó su propio set y comenzó a cortar desde papeles de lija hasta ladrillos—y este set es su herramienta de trabajo. Con él van a demostrar al cliente la calidad del producto. Y podrá ser suyo por el módico precio de 200 dolarillos. Baratito nomás. Véanlo como una inversión y no como un gasto.


Cuando terminó a cada uno nos llamó para una entrevista personalizada. Yo fui el tercero en entrar. El cuarto “especial” estaba un poco mejor arreglado y tenía varías espadas samuráis y, incluso, creo que vi una tipo española. El fortachón me preguntó porque yo podía ser un gran candidato para trabajar para la empresa, como podía yo colaborar con su desarrollo. Bueno, le dije, soy bilingüe y le puedo servir para que el producto se expanda en el mercado hispano. Además, me gustan los retos. El fortachón me miró y luego de un silencio realmente incomodo me felicitó por mi respuesta, “mañana traes todos tus documentos.”
Salí del cuarto hecho un vencedor. Me sentí tan especial que miraba a los demás candidatos como pobres diablos que esperaban en vano. El fortachón me había asegurado que las plazas eran pocas.


Al regresar a mi humilde hogar, lo primero que hice fue contarles a mis padres sobre mi entrevista y lo bien que la había hecho. En un principio, vi en sus miradas alegría y satisfacción, pero cuando les dije sobre el set de cuchillos se cagaron de risa. ¿Desde cuando una empresa te cobra para que trabajes? ¿Te van a pagar la gasolina para los viajes?¿Cómo vas a hacer si no vendes? ¿Te pagan sobre comisión? Me enfurecí y me largué a mi cuarto.


Pero la duda entró y decidí que era mejor investigar sobre la empresa. Lo que encontré no fue nada placentero. Mucha gente se quejaba del esquema de trabajo, de la forma de como los habían engañado y de que a pesar de que la empresa estafa a personas desesperadas por trabajar, no la pueden cerrar ya que su negocio no es estrictamente ilegal.  Me sentí un idiota. Leía y leía one-to-one costume service.


Intuí que LV consultants pertenecía a la misma calaña porque utilizaban las mismas estrategias que la empresa de cuchillos. Primero te hacen una entrevista en grupos, luego te llaman individualmente y te dicen que hay pocas vacantes, pero que se han quedado sorprendidos por tu currículum. Finalmente, te enyucan con otro producto o con otros servicios, dependiendo de la empresa. No los puedes denunciar porque en ningún momento te han engañado. Todo lo que te han dicho ha sido fríamente parafraseado, escondido, solapado, para que no encuentres el gato encerrado.


Obviamente que no fui a la entrevista y ni siquiera llamé para cancelarla. Para mí sorpresa me mandaron otro email diciendo que posiblemente había habido un malentendido y que me comunicará urgentemente para reprogramar la entrevista. ¡Qué estafadores! ¡Por Dios!


Bueno, aquí presento la moraleja de la historia. Si piensan que Estados Unidos es una potencia gracias a su honestidad, pues se equivocan. Este el país donde se inventó la piramide ponzy, donde la falsa publicidad trajo miles de irlandés, chinos y japonés para construir los ferrocarriles, donde películas y libros estúpidos te venden el mensaje que puedes lograr todo lo que te trazas si haces el debido esfuerzo, pero en caso de que fracases, es por tu propia culpa. Me imaginaba recorriendo las casas, tocando las puertas, demostrando las bondades del producto y luego regresándo con las manos vacías y todo porque no me había esforzado lo suficiente.


PD: No soy tan pesimista. Finalmente una de las empresas que postulé me llamo. Su negocio es legal.


Gimel Zayin

1 comentario:

  1. Buena información, por eso es bueno investigar la empresa antes de postular. (:

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