Mi padre tenía ojos azules, pero sus manos estaban llenas de callos. Trabajaba, oraba, callaba. Como él, también yo callaba. ¿Qué sería de mi? Debería quedar así toda mi vida, sentado delante de una pared o debería, yo también, acarrear toneles? Yo observaba mis manos. Tenía manos demasiado delicadas...Yo debía hallar una profesión especial, que no me obligara a separarme del cielo y de las estrellas, y que me permitiera encontrar mi sentido de la vida. Sí, exactamente eso buscaba. En mi patria, sin embargo, nunca nadie había pronunciado las palabras 'arte, artista'. `¿Qué es eso de artista?', pregunté." M.C
No hay comentarios.:
Publicar un comentario