“No es necesario sacrificar nada por la poesía. No es necesario que te rompan el corazón para escribir”
Publicar un poemario en el Perú dejó de ser hace rato cosa de unos cuantos bendecidos. Publicar en sí ya no es cosa de otro mundo. No hay prisa por corregir ni reescribir los textos: como la espuma de la cerveza las nuevas editoriales no dejan de burbujear (Pajaro en los Claves, Vagón Azul, Casatomada, Matalamanga, etc) El zambo Verasteguí argumentaría “Y esto te urge más que una palabra perfecta” Lo que importa son los riesgos. Hay diferencias y diferencias. Con Rafael Robles Olivos (Lima, 1982), un “poeta” que no se computa “poeta”, la cuestión es sabrosa. Ya tiene dos libros publicados: “Buena Suerte Peter Parker!” y “Aquí murió el payaso”, (según tengo entendido su último libro de poemas), gracias a Estruendomudo. Y una actitud sincera que desentona por estos lares. ¿No asumir poses es también una pose? Esta y otras preguntas fueron recogidas por los tajadores. No fue fácil. Aquí sus respuestas.
1. Empecemos por definir de la manera más populosa el asunto ¿por qué y para qué la poesía?
Hay cosas que no tienen explicación. La poesía, como la pintura y el cine (y más cosas), no tienen un por qué definido ni un para qué explícito. Se escribe porque sí, porque te dieron ganas, porque se te antoja. No creo en los mandatos celestiales que te dictan poemas ni tampoco creo que el poeta sea un ser privilegiado. La gente que, como yo, escribe literatura (en este caso poesía), no es más importante en el mundo que el arquitecto, el abogado o el técnico de computadoras. Es una profesión más. No somos Anakin Skywalker ni mucho menos poetas torturados del siglo 19. Se escribe y punto.
2. ¿Qué piensas de las nuevas propuestas que hay en el medio? ¿Estas de acuerdo con alguna? ¿Se puede seguir creyendo en los movimientos literarios?
Las propuestas que conozco no me entusiasman mucho. La poesía que he leído de mi generación, en su mayoría, no me interesa. Conozco a muchos y hasta me caen todos muy bien, pero siento que la poesía "nueva" no tiene nada de nuevo. Salvo algunas honrosas excepciones.
3. ¿A qué edad empezaste a escribir? ¿Cómo se definió tú vocación literaria?
Empecé a escribir bien tarde. Tenía 16 años cuando leí -tampoco leía hasta esa edad- una brevísima reseña sobre la vida de Kafka. Me impresionó tanto el hecho de que hubiera querido quemar todo lo que había escrito, que le pedí a mi padre que me comprara "Metamorfosis". Creo que ahí empezó mi fascinación por leer y por escribir un poco más en serio (aunque todavía no escriba en serio). Antes, claro, había escrito algunos poemitas pero todos malazos, copias terribles del Poema XX de Neruda, cursis, incluso con una rima forzada y predecibles y efectistas como las canciones que suenan en la radio. Creo que, en cierto modo, soy dos personas diferentes desde los 16. Siempre tuve la inclinación por sentir diferente. Por ejemplo, de niño me trepaba al techo de mi casa y me ponía a pensar por horas cualquier idiotez que me pusiera triste. ¿Para qué hacía eso? Nunca lo supe. El punto es que, cuando empecé a escribir, sentí que había encontrado una manera de que todo eso que pensaba no se perdiera en mi azotea. Supe que podía intentar darle forma a toda esa nube negra que siempre he tenido adentro.
4. ¿Qué te impulso a lanzarte al abismo de publicar?
La vanidad. Las ganas de diferenciarme de los miles de chicos que escribían y escriben poesía. Quería que me tomaran más en serio porque cuando confesaba que escribía (con todo el ánimo de recibir un mérito por eso), me salían tres o cuatro amigos más que decían "yo también, yo también", y todo terminaba pareciendo un club de nerds hablando de textos que nadie leería jamás. Entonces ahora, cuando digo que tengo uno o dos libros publicados, pocos me responden que ellos también los tienen. Eso es lo bueno de no parar con escritores.
5. ¿Qué significa ser poeta en el Perú? (sigue siendo, cómo diría el bueno de Domingo de Ramos, una situación que no se la desea ni a superman)
Para mí ser poeta (odio esa palabra, me parece tan cursi y sobrevalorada), en general (tendría que saber qué se siente ser poeta en otras partes del mundo para responderte bien esto) es algo normal. Me parece que no hay país donde se pueda vivir de esto, al menos casos excepcionales. Ser poeta, en todo caso, significa entender que por ningún motivo debas cometer el error de añorar una muerte por tuberculosis bajo una banca de parque. Significa que, contra todo cliché, escribir no tiene nada que ver con ser un borracho, un mal esposo o un bohemio adicto a las mujeres. Me dan risa todos esos falsos "malditos". En fin, puedes escribir y tener una buena vida, con otra profesión y un carro bonito esperándote en el garaje. No es necesario sacrificar nada por la poesía. No es necesario que te rompan el corazón para escribir.
6. Poesía social o pura ¿cuál es tu caucau?
Por ahora, la poesía egocentrista. Tal vez después me muevan más otros temas, los sociales, los amorales, los románticos. Escribo lo que me nace, supongo que como la gran mayoría. Para escribir de los demás es que soy periodista.
7. ¿Cuáles son tus escritores incondicionales?
Me han gustado muchos por diferentes etapas. Desde lo que escribieron Kafka, Prevert y Bukowski, hasta Ray Loriga, Bret Easton Ellis, Max Brooks (con el que actualmente estoy obsesionado). También están Ribeyro, Bryce, MVLL, Sabina, Thays, lo último de Calle 13 y Los Planetas.
8. ¿Qué significa crecer literariamente? ¿Ganar premios, becas...? (Existe eso que se llama el éxito)
No creo que se pueda crecer en algo que suele ser tan subjetivo. En todo caso, se puede cambiar de estilo, de temas y de visiones del trabajo que uno quiere hacer. Es la situación en la que estoy ahora, buscando un nuevo estilo. Creo que ya lo he encontrado. Los premios, en todo caso, hacen que crezca tu cuenta bancaria (en el mejor de los casos) y tu siempre agradecido ego. ¿Las becas? Un golazo. ¿El éxito? Creo que si te consideras exitoso podrías dejar de esforzarte, perderías en mojo (como diría Austin Powers). Estoy seguro de que Vargas Llosa sigue escribiendo 8 horas diarias después del Nóbel. Esa es.
9. ¿Que autor peruano te parece sobrevalorado?
No creo que valoren a ninguno lo suficiente como para sobrevalorarlo.
10. Lees poesía actual, ¿Hay alguno que te interese?
Antes leía más, compraba libros con el floro de que estaba "analizando a la competencia". Luego dejó de interesarme cuando lo que leía pocas veces me gustaba, me parecía que no tenía fuerza. Me desconcertaba un poco hablar con ellos y encontrar personas chistosas, sin miedos, y luego ver textos inútilmente complejos, aburridos, apagados y sin riesgos, textos que nada tenían que ver con las personas que los habían escrito. Bueno, es trabajo de ellos, no mío, así que los respeto. Además, yo no he estudiado literatura, no he escrito nada memorable todavía y no he leído demasiada poesía como para dar una opinión real. Tal vez, sin darme cuenta, yo quiera escribir canciones y de escritor de poesía no tenga nada. Igual, si menciono nombres me gusta lo que hacen Alvaro Lasso, Manuel Fernández y Fernando Pomareda. Diego Lazarte también tiene cosas bien pajas. Lo mismo Cecilia Podestá. Por otro lado también están Antonio Cisneros y Verástegui (quienes, por adultos, no dejan de ser actuales). La poesía hecha por jóvenes en Argentina es buenísima. Mi favorito es Mariano Blatt.
11. ¿Qué le dirías a un "joven poeta"? (en el caso de que eso de ser joven y ser poeta no sea una invención de Disney)
No mucho, en realidad. Fácil que solo escriban, sin tanta cosa. La publicación puede venir después. Escribir, si realmente les gusta, ya vale por sí mismo, porque es rico hacerlo. Escriban pero no sean poseros (aunque nadie está libre de eso).
12.La última pregunta, en una o dos palabras, define la vida:
Un carro muy rápido y muy grande que nadie sabe bien cómo conducir (fueron 13 palabras).
BONUS TRACK TAJADOR
¿Crees que el Jaguar mato al esclavo?
El esclavo se mató a sí mismo. Siempre estuvo muerto.
¿Por qué siempre los personajes de Bryce terminan triste, solitario y final?
Eso habría que preguntárselo a Bryce o al buen Pedrito Balbuena
¿Cuál es el secreto para mantenerse joven y ser feliz?
Llamarse Jimi Hendrix.
¿Qué chucha se espera después de Varguitas?
Que Daniel Alarcón gane el segundo Nobel en 30 años.
¿Hay remedios contra los adictos a Cohelo?
En un país que no lee, el hecho de que lean (a quien sea y lo que sea) ya es algo bueno y no debe buscar curarse. La verdadera enfermedad es que no se lea ni el periódico.
¿Quién se robo mi queso?
Seguramente fue Jerry.
¿El viejo Buko es mito o realidad?
Sus libros son realidad.
Entrevistador: Julio Barco
Atte. Los Tajadores