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jueves, abril 28, 2011

Semana Tajadora: Julio Barco


Este nuevo espacio tiene como finalidad promover los nuevos talentos que recogemos en las calles: poetas, narradores, ensayistas con ganas de ser escuchados en el mundo. Tenemos la delicadeza de agarrarnos una semana al mes para la expresión de cualquier joven que quiera ser escuchado. Inauguramos este espacio con nada más y nada menos que con Julio Barco, tajador en cuerpo y alma. Presentado por Omar Livano.



Si no te canto hermano, te lo grito al oído.

Para cuando haya concluido este entrecortado flujo de palabras, nuestra vida seguirá siendo la misma, y a la vez nuestra vida nunca seguirá siendo la misma. Algo muy parecido a lo que me paso con Julio Cesar Barco, o de cariño sólo Barco. Es verdad que aquella casualidad nos llevo al mismo martirio que después llamaríamos clase, pero felizmente ambos optábamos por sentarnos al fondo, ahí donde nadie supiera de nuestra existencia y nosotros, quizá, podamos olfatear la de los demás.


Muchacho lleno de entusiasmo y con hambre de cosas grandes. Por aquel tiempo, más pelucón, más despreocupado, menos enamorado. Hoy quizá su madurez literaria (que aburrida se nos hace esta parte) lo ha llevado a otros rumbos, a respirar por otros lares, a dejarse de huevadas, en si, nuestro querido Barco ha crecido, junto con nosotros, tal vez. En el peor de los casos: sólo. Sabemos que creció, y no desea vivir con los bolsillos de Fuguet, ni morir con la idiosincrasia de Caicedo, al menos eso ¡yo! no lo deseo. Eso sí, si alguien escribe como Caicedo y Fuguet (aquí te defino hermano) es Barco, el estilo donde la exasperación adolescente se filtra por entre sus líneas, y la manía a veces inconsciente del humor insospechado que pulula en las papas rellenas de su abuela y la insospechada desfachatez de enfrentar la vida como viéndola a través de los ojos de Galilea, su hermana, tomadas por Bryce, del pescuezo y las hace danzar, conjuntas, en cada línea al ritmo de Fito Paez y Jhon Coltrane.


Sin embargo hay vacas sagradas, y si no son tan sagradas por lo menos son vacas, y no hay que matarlas, sino sacarles toda la leche. Tú lo hiciste Barco, seguidor acérrimo de Vargas Llosa, “Donde Varguitas ponga la tinta, yo pongo el hocico”, decías. Y si es poesía es Vallejo, es Calvo, es Hora Zero. Y más ¡carajo! Porque si alguien ha leído, algo por lo menos significativo, eres tú, y si algo te envidio es eso: El que un mocoso (ya ni tanto) pelucón, flaco, y desarraigado haya conocido libros que yo aun no. Pero el odio que es fugaz y descontinuó, se desmorona en las noches donde un pucho y por ahí un poco de café o ron, nos sirven de impulso para polemizar sobre todo lo que la pequeña y, como tú, gran literatura nos puede dar.


Entonamos nuestras voces para conocerla más, en la medida de lo posible entenderla, y Cortázar le para el macho a Varguitas, y Borges se defiende contra García Márquez, mientras Celine le escupe en la cara a la generación Beat, a la vez Bukowski encuentra a la generación perdida, y Vallejo con los poemas humanoides nos marcan el camino, justo cuando Camus le dice en el odio a Sartre: esta buena la Sagan, en una esquina Juan, Jorge y Enrique comparten unas chelas, …y cuando Caicedo, Fuguet, Bryce y Barco corren calatos alrededor de toda esta marea, más abajo, Bolaño nos grita situado en ese sucio pedestal: Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen, estoy aquí, dije, con los perros románticos. Y aquí me voy a quedar.

Omar Lívano


COSAS QUE ME JODEN DE LA CASA DE LA LITERATURA



1. TU CASA ES MI CASA


Tu casa es tu casa por lo familiar. No lo es por sus muros, sus cuartos, sus caños rotos y sus ratas (o sus gatos tirando en los patios) lo es porque bajo las piezas de concreto se aplastan tus recuerdos: tus primeras pajas, tus cds, los tatuajes de roña en la pared, tus colillas de cigarrillo. Tú le das a todos esos ingredientes un sabor personal.Mi casa es tu casa, decía el libro de un ecuatoriano o colombiano, no importa, pero lo decía con mucha sinceridad. Y esto te carga de nostalgia. La nostalgia mata. Emociona. Pero La casa de la Literatura no. Pues no hay rastros hogareños, no hay olorcito a medias con pezuña: es un museo más que casa. Un museíto del saber donde, día tras día, los muchachos van de la mano de sus profesores, para morirse de tristeza.Y dan pena los recitales, las presentaciones de libros (en todas sus especies y bajo todas sus formas) todos igual de muertos, todos igual de mamones e intelectualoides. Los únicos jóvenes son los tristes y resignados estudiantes. Los demás no existen. Sólo hay gente vieja y hostil, no por eso generosa. Un ambiente cuidadosamente purgado de locura. Cierto: hacen falta museos, hace falta dar mayores arqueologías al pasado para entendernos y cambiar. Esto urge. Pero las casas no sólo deben ser contemplativas, deben lanzarnos a la acción. ¿No se supone que se debería promover la cultura por estos lares? ¿No se supone que las ayudas deberían venir principalmente de los lugarcillos llamados así?



2. QUE NO HAYA CAMA PA TANTA GENTE.


Lo diré de frente, sin roches: jode que no existan cuartos donde albergar a tanto artista pobre, descerebrado, vagabundo (como son, por lo general, los verdaderos artistas) Y que tengan la concha de llamarse Casa. No es juego de términos, no es pura paja semiótica. Lo cierto es que los auspicios, los hospitales y cementerios se llenan y nadie entiende bien lo que sucede. Los artistas burgueses pueden seguir durmiendo bajo sus templos de acero inoxidable, los demás necesitamos buscar cartones para arroparnos bajo la lluvia. ¿Cómo se podría filtrar a los verdaderos artistas o verdaderos escritores para asignarles habitaciones? ¿Existen verdaderos artistas actualmente?Propongo un método. Pongan un espejo frente a otro y multipliquen la angustia por mil: los verdaderos artistas sabrán descifrar la ceremonia del odio y dolor que significa. ¿Cómo? Escribiendo grandes libros, poderosos, con valentía y huevos. De lo contrario esto que algunos llaman Casa de la Literatura terminara siendo más bien un antro para refrescar los egos y adulaciones. Templo de viejas cacatúas que buscan redimirse de los pecados leyendo sus poemas siempre cojonudos y publicando sus librazos. Yo mejor duermo. Propongo llevar almohadones a las veladas poéticas.



3. DE SERIECITOS ES LA COSA. DE POSEROS ES LA COSA


Es la misma ceremonia de adultos hablando con seriedad de asuntos graves. Muy graves y seriecitos. Enderezan la espalda y alargan sus poemas, el micrófono se acopla a su voz terrible. Y su terrible poesía, salida de las entrañas de cualquier mundo. Bien decía Fogwill: hacen falta los malos poetas. Pero no los poetas malos y serios. Es el colmo del asunto. Lo peor viene con la pose. La locura es ser normal. Algunos hasta la festejan.

4. LA VETA DEL LADRONZUELO.

Aunque suene delincuentesco, cosa de palomillas, el robo de libros es un ejercicio intelectual. Los lugares que más añoramos, al margen de los amores y los amigos, son los que nos permitieron deslizar un libro ansiado por nuestros bolsillos de alumno pobre (¿Si o no, Livano?)


5. LO CARITO DE SUS COSTOS.


Las ceremonias, los congresos y coloquios, cuestan un huevo. Son caros. Claro, nos regalan un certificado. Y si fuera gratuito se llenarían y no alcanzaríamos asientos.Lo mejor es aguantarnos. Dejar que sigan pasando. Bajar la palanca. Y limpiarnos las manos.Lo mejor es limpiarnos las manos.

6. LA ESTATUA INFALTABLE


Que no haya una estatua de Cesar Calvo. Pero, caray, ¿no estamos en contra de los museos? Citando, aunque mal, a Juana Inés de la Cruz, les respondo quien haya leído a Cesar Calvo, sabrá lo que digo.



sábado, abril 23, 2011

Un poema inédito de Jorge Pimentel

El día 14 de abril estuvieron en la casa de la literatura tres pilares del grupo poético de los 70 HORA ZERO: el fundador Jorge Pimentel, el conspicuo poeta Tulio Mora y el espontáneo y jocoso periodista y también poeta Eloy Jáuregui. Con motivo del Festival eñe América, los tres realizaron una lectura poética. Y en esta ocasión tuvimos la suerte de grabar un poema inédito del poeta Jorge Pimentel llamado: Por todos nosotros. No lo hubiéramos hecho sin la presencia de Julio Barco y Miguel Urbizagastegui, tajadores que al final del evento se llevaron abrazos, autografías y libros de los horazerianos, pero sobre todo, una noche poética.


Para los que no saben de qué estamos hablando...


El Movimiento Hora Zero, aparecido en 1970, es el más importante colectivo vanguardista que ha habido en la poesía peruana a lo largo del siglo XX. Pimentel y Mora son dos de sus fundadores (junto con Juan Ramírez Ruiz, Enrique Verástegui, Ricardo Paredes Vassallo, Jorge Nájar, Carmen Ollé, Eloy Jáuregui, entre otros). Pimentel fue incluso uno de los autores (con Ramírez Ruiz) del manifiesto Palabras Urgentes con el que el Movimiento se dio a conocer. Jáuregui, el más joven de los tres, entró después, en la segunda etapa.



Poema: Por todos nosotros

lunes, abril 11, 2011

El poeta hablando de los poetas, y otros poemas

No hay duda que este domingo nos ha llenado de estrés, de rabia para algunos, de alegría para otros, pero lo hecho, hecho está y así lo quiso la “democracia” del país. Para aliviar un poco nuestros males políticos, no hay nada mejor que unos poemas de Bukowski. Lo curioso es que hemos encontrado un poema de él que habla de diferentes poetas, entre ellos al maestro Vallejo, con la intención de querer mostrar la vida del escritor que por cierto no se equivoca en nada. Sepa también qué es la poesía y cómo ser un gran escritor en los versos y a la manera de este gran poeta.


Para los que no saben...
Charles Bukowski es, para muchos, el mejor escritor de la historia de la humanidad. Y es que, indudablemente, si captamos el concepto de escritor como aquél que escribe sentimientos sacados del verdadero y puro alma, no estaremos equivocados. Bukowski nació con el nombre de Heinrich Karl Bukowski y fue un escritor y poeta estadounidense de los llamados ‘underground’. La escritura de Bukowski está fuertemente influida con la atmósfera de la ciudad donde pasó la mayor parte de su vida, Los Ángeles en los Estados Unidos, de ahí la temática underground donde parece que solo hay cabida para el sexo, el alcohol y los submundos, en general. El escritor fue un autor prolífico, escribió más de cincuenta libros, incontables relatos cortos y multitud de poemas. A menudo es mencionado como influencia de autores contemporáneos y su estilo es frecuentemente imitado. Murió de leucemia en 1994, a la edad de 73 años. Hoy en día es considerado uno de los grandes escritores americanos y símbolo del “realismo sucio” y la literatura independiente.

MANUAL DE COMBATE


Dijeron que Céline era un nazi, dijeron que Pound era un fascista, dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista. Pusieron a Dostoievsky frente a un pelotón de fusilamiento y mataron a Lorca le dieron electroshocks a Hemingway
(y tú sabes que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó veneno de ratas
y funcionó
y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.
El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.
Séneca se cortó las muñecas en la
bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más
¿y tú quieres ser un
escritor?
Es esa clase de guerra:
la creación mata,muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.
Algunos pocos llegan a viejo.
Algunos pocos hacen plata.
Algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
Es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.
Está bien, adelante
hazlo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.
Ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera
y luego me voy a ir a
dormir.


COMO SER UN GRAN ESCRITOR


Tienes que cojerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
Y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
No te exijas. Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
Y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
Quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé
paciente, el tiempo es la cruz de todos.
Más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.
Agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
Haz de eso una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primer embestida.
Y recuerda a los perros viejos, que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
Hay tiempo. y si no hay,
está bien
igual.


POESIA


Se
requiere
de mucha desesperación
insatisfacción
y desilusión
para
escribir
unos
pocos
buenos
poemas.
No es
para
todo mundo
ya sea para
escribirlos

o siquiera

para leerlos



bien, así es la cosa…
a veces cuando todo parece ir de mal en peor
cuando todo conspira
y corroe
y las horas, días, semanas
años
parecen desperdiciados-
tendido sobre mi cama
en la oscuridad
mirando hacia el techo
concibo lo que muchos considerarán un
detestable pensamiento

aún es agradable ser Bukowski.

lunes, abril 04, 2011

La eterna relación conflictiva: política y literatura

¿En qué momento se había jodido el Perú?, dice Zavalita, personaje principal de la obra Conversación en la Catedral. Curiosa pregunta que nos manda a crear otras: ¿Quién lo está escribiendo, un político o un literato? ¿Por qué involucrar la política con la vida de Zavalita? Preguntas que nos conllevan a una sola: ¿Es la política una amiga o enemiga de la literatura? Yo diría que ambas cosas.


¿Que relación existe entre literatura, y política? Muy estrecha. No obstante, la literatura no debería rozar la política, en el sentido literal: se la puede usar como material literario, pero no como una voz interna para escribir: eso ha conducido, en general, a malas obras o al fracaso. Porque en ese caso no se reconoce la necesidad del texto sino la de adaptarse o la de manifestar determinado discurso.


A lo largo de nuestra historia podemos ver que la relación conflictiva y a la vez amorosa entre literatura y política es al menos tan antigua como esos dos campos –cuya separación, por otra parte, es un invento de la modernidad–. El conflicto, sin embargo, está ya al rojo vivo en ese género que pasa por ser el origen mismo de la literatura occidental, la tragedia griega: ¿por qué si no Platón aboga por la expulsión de los poetas de su ciudad ideal? Desde La República hasta el concepto sartreano de una literatura “comprometida” o las duras polémicas entre Adorno y Lukács o Bertolt Brecht, el problema se plantea una y otra vez. ¿Cuál es la solución? Ninguna. No la hay. Que la cuestión haya nacido con la tragedia es fuertemente simbólico: no hay posibilidad de “síntesis”, de “superación”, de “tercera posición” ante esa tensión irreductible e irresoluble. Igual se puede –y seguramente se debe– hacer una y otra vez las sempiternas preguntas: ¿puede alguien ser un gran escritor, incluso un escritor decisivo, estéticamente “revolucionario” para la literatura contemporánea, y al mismo tiempo un ultraconservador, un reaccionario, un fascista de la peor especie? Por supuesto que sí: ahí están Céline, Ezra Pound, Eliot, y siguen las firmas. Al revés: ¿se puede ser un escritor intachablemente “progre”, de izquierda, políticamente “revolucionario”, y al mismo tiempo literariamente mediocre, ramplonamente panfletario, poéticamente inexistente? Claro que sí: una lista mínima llenaría doce páginas de este blog, con perdón del mal chiste. Ahora bien: ¿significa esto que se pueden alegremente separar las dos cosas, autonomizar plenamente el enunciado literario de la enunciación política o viceversa? De ninguna manera: eso sería, justamente, hacerse la vida demasiado fácil, y disolver ideológicamente la tensión que no puede ser resuelta materialmente (es la eficaz definición que daba Lévi-Strauss del mito: la resolución en el plano de lo imaginario de los conflictos que no tienen solución en el plano de lo real). Es cierto: la literatura de ficción o la poesía permite otras vías de escape que están mucho más obstruidas para la filosofía o las ciencias sociales: el “caso” Céline no es, en este sentido, equivalente al “caso” Heidegger, por sólo nombrar esquemáticamente dos paradigmas. Un filósofo –perdón: ahora se dice un “pensador”– trabaja directamente con ideas a las que él supone verdaderas; no tiene, por lo tanto, el recurso estilístico de hacer hablar a un “narrador”, o a personajes ficcionales que no necesariamente representan el punto de vista del autor. Pero eso no significa que el autor de ficciones no tenga un punto de vista propio.


¿Qué queremos decir con todo lo anterior? Que el problema del escritor es político, y no “literario”. Aun si, como sostenemos, esos dos aspectos no se dejan separar fácilmente, las circunstancias particulares hacen que casi siempre uno de ellos sea el dominante. Por ejemplo: miremos hacia atrás y veremos a un Federico García Lorca asesinado durante la guerra civil española. ¿Tenía él, algo que ver? Lo cierto es que su cadáver aún no es hallado. Veremos también a los escritores del Boom Hispanoamericano defendiendo la Revolución Cubana pero después ¿que pasó con Vargas Llosa? El poeta peruano Mariano Melgar abandona la literatura para luchar por una causa justa que es la independencia del Perú pero que a las finales termina siendo fusilado. En la guerra con Chile veremos a Ricardo Palma y Gonzales Prada luchando en la batalla de Miraflores. En el Perú de los años setenta, Los poetas de Hora Zero se enfrentaron a los apristas y a los partidos políticos de extrema izquierda, quienes -celosos ante la acogida e independencia del movimiento poético y político- saboteaban violentamente sus recitales en las universidades nacionales. Y ni que decir de Lord Byron, Máximo Gorki, el marxismo de Vallejo, de Neruda, y otros más.


Está claro que la mayoría de los escritores luchan por la libertad o cambio político de su país pero la política es tan impredecible que a veces los favorece y muchas veces sucede lo contrario. Para terminar, aquí les dejo con una frase que leí por ahí: ¿Será la libertad la raíz del hombre, la que lo liga al ser y la verdad? En realidad, ésta no es más que una "invención de las clases dirigentes".